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This series evolved over time, acquiring different nuances. At
times, its starting point seems to be a society based on certain
values and emblems; on other occasions, it becomes charged with
a certain carnality that approaches the idea we generally have
of pornography. It not only deals with the mediated sex we can
consume in any pornographic film, it is also about the immoderate
repetition of an act of intimacy played out on stage to satisfy
the cravings of a third party: the voyeur who witnesses every
detail of the action and of the bodies that yield to this lack
of pleasure; a sexual performance that due to its gymnastic and
superficial repetition becomes asexuated. They are only fragments
of anatomical parts in contact with each other, bodies that intermingle
and are taken over, excess detail and close ups that rise against
their masters who are physically absent: us, the spectators. Technically,
I have tried to approach the limits of what photography establishes,
the limits of what is visually legible. I have used rudimentary
and uncommon materials to relate pornography, filth and beauty.
The construction of an image that is technically "filthy"
and yet seems disturbingly beautiful. The cult of the genital,
the simulacrum of no pleasure, the obligation of feeling pleasure
before the cameras. And in all this explicit, overflowing "reality",
the real star is ejaculation. The great absent is orgasm. The
simulacrum of the act.
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Comentarios
Esta serie fue evolucionando con el tiempo y adquiriendo distintos
matices, puesto que el punto de partida por momentos parece ser
la realidad de una sociedad basada en ciertos valores y emblemas,
y por otros cobra una carnalidad más propia de la idea
generalizada de lo que es la pornografía. No se trata solo
de sexo mediatizado que podemos consumir en cualquier película
Porno, también habla de la repetición desmedida
de un acto íntimo puesto en escena para saciar las apetencias
de un tercero: un fisgón, que presencia cada uno de los
detalles de la acción y de los cuerpos sometidos a un no
placer, una perfomance de sexo que por la repetición gimnástica
y superficial se vuelve asexuada, sólo son fragmentos de
anatomías en contacto, cuerpos invadidos y entremezclados,
el exceso del detalle y la aproximación, e se subordinan
ante el amo ausente físicamente. Nosotros los espectadores.
Técnicamente he tratado de aproximarme a los límites
de lo fotográficamente establecido, los límites
de lo visualmente legible. Usar soportes no tradicionales y muy
rudimentarios, asociando la pornografía, suciedad y belleza.
La construcción de una imagen técnicamente "sucia"
que muestre un tema "sucio" y que parezca inquietantemente
bello. El culto de lo genital, el simulacro del no placer. La
obligación del gozo ante las cámaras. Y en toda
esta desbordante "realidad" explícita, la verdadera
estrella es la eyaculación. El gran ausente: el orgasmo.
El simulacro del acto.
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