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Como algunos de ustedes saben, existe un programa televisivo norteamericano llamado “Extreme Makeover” (Renovación Extrema) en el que se repara o mejor dicho, se reconstruye a una persona; hay otro en el que se hace lo mismo, pero con la casa de una persona “Extreme Makeover, Home Edition” (Renovación Extrema, Edición del Hogar).

Al pasar por la iglesia colonial que se encuentra a una cuadra de mi casa y ver que está siendo restaurada, me vinieron toda clase de pensamientos a la mente. La restauración de esta iglesia probablemente está tan poco relacionada con su realidad pasada como las reconstrucciones de estas personas en la televisión. Por fortuna, podemos ver todo el proceso de cómo se borra el paso del tiempo a esta iglesia, que en muchos sentidos es como quitarle las arrugas a los participantes del programa mediante la cirugía plástica. El proceso de envejecimiento es borrado, tal como se haría con un retrato digital en el estudio del fotógrafo mediante Photoshop.



© Pedro Meyer, 2006

Se trata de que todo se vea nuevo, joven o “con poco uso”, pero pienso que ésto no sólo sucede en México, pasa lo mismo en Estados Unidos. En Los Ángeles se anuncia la remodelación de un hotel como si se tratara de una cirugía plástica y tal como sugiere el anuncio “todos necesitamos un poco de eso”.

 


© Pedro Meyer, 2006

 

Por cierto, en China, la Ciudad Prohibida también está pasando por una “renovación extrema”, ya que estará cerrada al público durante los próximos dos años, como parte de los preparativos para las Olimpiadas del 2008.

 


© Pedro Meyer, 2006

 

Pero, volviendo a la cercana iglesia de San Juan Bautista, se trata de meditar acerca de su “cirugía cosmética”, que trata de hacerla ver como si hubiera sido construida ayer. Quizá no sea la mejor idea tratar de borrar el paso del tiempo, puesto que ya forma parte de su arquitectura. No puede escapar a la vista la fecha de su construcción, que se halla tallada en el frontispicio. De hecho, hay dos fechas que se refieren a la fecha de su construcción, una es 1582 y la otra es 1804. Esto nos lleva a una consideración interesante respecto a qué fecha debe ponerse en una foto digital que ha sido manipulada a lo largo del tiempo.

 


© Pedro Meyer, 2006

Yo acostumbro poner todas las fechas en las que una de mis fotografías ha pasado por un proceso de manipulación. Una foto, entonces, puede tener varias fechas, al igual que esta iglesia (¡Adiós al “momento decisivo”!). Lo que me parece extraño, es lo difícil que ha sido para la comunidad fotográfica aceptar una práctica que se ha dado en la arquitectura desde los tiempos de la Colonia.

Pedro Meyer
Coyoacán, Marzo 2006


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