Me pregunto que sucede en el mundo del arte y la cultura. La galería
Paul Kopekian envió este correo electrónico a todos
los miembros de su lista de correo y nadie quedó especialmente
sorprendido. El correo decía:
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“Buscamos obras que no tengan ninguna carga política,
ni contengan emociones fuertes o negativas.
Las fotografías y obras gráficas que solicitamos
en esta convocatoria pueden estar en las siguientes categorías:
1. Paisajes del sur de California (Fotografías)
2. Fotografías del área de San Francisco
3. Arte abstracto sobre papel (Fotografías)
4. Fotografía y obra gráfica sobre papel en general,
principalmente paisajes.
No hay límites para el tamaño de la obra. Se aceptan
trípticos y dípticos. Solicitamos obra que no tenga
una carga política o emociones fuertes o negativas. También
deseamos evitar que la obra contenga imágenes de personas
en ella, especialmente si hay acercamientos de rostros o los rostros
sean reconocibles. La obra debe ser apropiada para un medio ambiente
corporativo.
Si usted tiene una serie fotográfica u obra que esté
dentro de estas categorías, por favor envíe sus
archivos jpg. a esta galería.
Sinceramente.
Paul Kopekian
paul@paulkopeikingallery.com
Teléfono: 323-937-0765
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Esto implica que las imágenes no deben de tener contenido
alguno. Hasta la obra gráfica abstracta que solicitan puede
tener un contenido fuerte, ¿o acaso se sugiere que todas
las obras abstractas carecen de contenido?
Más aún ¿qué significa este requisito
sobre imágenes sin personas en ellas? Quedé atónito
al leer que querían deshacerse de la gente, como si el
ideal fuera el resultado del estallido de una bomba de neutrones,
en donde los objetos materiales quedan intactos pero se elimina
todo rastro de vida. El que alguien que pertenezca al mundo del
arte sugiera como deseable algo tan infame, me hizo preguntarme
que es lo que sucede con la cultura en los Estados Unidos.
Al seguir examinando el correo, nos encontramos otra joya: “La
obra debe ser apropiada para un medio ambiente corporativo”.
Me pregunté que clase de estúpida corporación
podría querer semejante obra, carente de todo contenido
emocional. ¿Cuál es el propósito de una corporación
para adquirir arte, si no es para provocar inspiración?
Si lo que quieren es un papel tapiz glorificado, ¿para
que gastar dinero en supuesto arte con la intermediación
de una galería si lo que quieren son objetos totalmente
apartados de lo que cualquiera definiría como arte?
Por último, me concentraré en el impacto que una
convocatoria como la de la Galería Kopekian podría
tener en una generación más joven de fotógrafos,
quienes al ver semejante superficialidad, podrían creer
que eso es lo que deben hacer para tener éxito y vender.
De un modo muy irónico, imagino que, esto precisamente,
generaría una actitud política que tendría
repercusiones negativas en la comunidad fotográfica, que
es lo que Paul Kopekian quería evitar al solicitar obra
carente de contenido.
No puede evitarse, sin importar que tanto se intente, que la fotografía
tenga un significado importante, incluso las banalidades solicitadas
por la Galería. Todo esto trae a colación preguntas
fundamentales acerca de lo que le está sucediendo al arte
en los Estados Unidos, en donde una corporación que desea
coleccionar arte, decide que lo que quieren es un arte carente
de contenido. ¿Realmente
puede una corporación considerar que el arte desprovisto
de significado es el que mejor representa sus intereses? Si es
así, podemos afirmar que el no querer meterse en política
es una actitud política. ¿O acaso alguien piensa
que un anuncio que dice “Felicidad de Venta Aquí”
está desprovisto de significado? Uno podría alegar
que no hay negatividad en tal imagen, aparte de lo patético
que resulta una frase que sugiera que la felicidad se puede comprar.
Pedro
Meyer
Coyoacán, Marzo 2006
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Museo
de Bellas Artes
Houston, Texas
© Pedro Meyer, 2006 |