No creo que sea exagerado suponer que los
principales iconos de esta segunda guerra de los Estados Unidos
en Irak en el 2004, aún en curso, serán
la imágenes amateurs de las torturas infligidas a los detenidos
iraquíes en la prisión Abu Gharib en Bagdad.
A pesar de que fotógrafos profesionales han tomado miles
de imágenes durante esta última guerra, creo que éstas
serán las fotos que pasarán a la historia como emblemáticas
de este período, no solo por tratarse de los abusos perpetrados
contra la integridad física de estos seres humanos sino además
por la vergüenza que han hecho sentir a muchos que se dejaron
influir para apoyar una guerra que no era necesaria. El
uso sistemático de la desinformación (¿recuerdan
las armas de destrucción masiva?) y la tortura probablemente
signifiquen la ruina de esta administración.
Las
cámaras digitales se convertirán así para el
régimen de Bush en lo que las grabadoras de cinta magnética
fueron para la Casa Blanca de Nixon.
Las primeras imágenes que saltan a mi memoria son las transmitidas
en vivo por CNN de los bombardeos a Bagdad, y que fueron tomadas
con lentes de visión nocturna que le daban un tinte verdoso
a las escenas. En ese entonces CNN era todavía una cadena
que se dedicaba al negocio de noticias, siendo que ahora se encuentran
más dedicados al negocio de la publicidad, y puede verse
claramente que su lealtad no es ya está ya más con
la información noticiosa, sino con sus patrocinadores, a
quienes tratan de no incomodar presentando información libre
de controversia, al más puro estilo Disney. Sus
niveles de desinformación son tan indignantes como
los del propio gobierno estadounidense.
La semana pasada participé en un
congreso sobre fotoperiodismo en Lima, Perú, y
uno de los participantes fue Cristóbal Bouroncle, jefe de
la agencia France Press (AFP) en Bagdad, quien compartió
con nosotros información muy interesante sobre la operación
de su agencia.
Mencionó
que los contadores son ahora tan importantes como los editores de
noticias en el proceso de toma de decisiones. En otras palabras,
las decisiones tomadas en la redacción están al mismo
nivel de las consideraciones presupuestarias. Esto tiene sentido
de muchas maneras, puesto que, después de todo, esta operación
es un negocio. No obstante, uno también debe preguntarse
en qué momento las utilidades sustituyen a la noticia como
el acicate de la toma de decisiones, y claro, esto es algo que nunca
habremos de saber.
También nos explicó que los periodistas profesionales
de Occidente son, obviamente, difíciles de encontrar en Irak
por los altos riesgos a su seguridad. En cambio, los foto reporteros
locales están realizando un muy buen trabajo, ya que cuentan
con el acceso que les es negado a los occidentales, entre otras
cosas por las barreras del lenguaje y la pertenencia a ciertos grupos
tribales.
Cristobal
también se refirió al hecho de que cobran mucho más
barato que sus colegas occidentales lo cual es muy del agrado de
los contadores. Y por último, aunque no por ello menos importante,
las cámaras digitales permiten enviar a fotógrafos
novatos con un entrenamiento mínimo, y éstos regresan
con imágenes muy buenas. Otra muy interesante información
revelada por Cristóbal, es que ya no solo los medios noticiosos
impresos consumen las imágenes enviadas por la AFP. Se estima
que actualmente alrededor del 50% del consumo de imágenes
es realizado por clientes que publican en el Internet.
Si las imágenes más emblemáticas
de la guerra han sido tomadas por amateurs, si las agencias
pueden enviar a tomar fotos a gente que nunca lo había hecho
antes, pero con acceso a ciertos lugares y si nos arrastra una marejada
de imágenes provenientes de todas estas cámaras digitales
que están inundando al mundo entero, estoy seguro de que
el fotoperiodismo tradicional que se imparte actualmente en las
escuelas de todo el orbe necesita darle una segundo vistazo a la
realidad y estar preparado para decir a sus alumnos que las cosas
ya no son como solían ser, y que por lo tanto deben de adecuar
sus expectativas.
Esto
mismo puede ser de interés para todos los fotoperiodistas
en activo quienes ven cómo su subsistencia se va relegando
a tomar fotos de celebridades y estrellas de cine.
Pedro Meyer
Coyoacan
23 de Mayo de 2004
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