Still Life


I

Al principio, me imaginé un alfabeto de huesos.

Solo para iniciar otro viaje, ya que los huesos, con frecuencia aún portan las particularidades de una vida: pelaje, plumas, piel, escamas.
El llegar al hueso es su propio viaje.
Un cierto tipo de trabajo.

Estas imágenes están formadas e informadas por cartílago y silencio, médula y tiempo. Están hechas de atención, y de un tipo de amor, que a decir verdad, no estoy seguro que aún poseo.

II

Me traigo a los animales conmigo, de donde sea que los encuentre – la mayoría son de Cape Cod, pero también de momentos en donde no hubo una geografía real, de cualquier sitio en donde hayan muerto. (La única excepción fue mi única adquisición comercial muy al comienzo – un pulpo de un pasillo sin vida en una tienda llamada Stop & Shop). Y añadiría que nunca recolecto el exceso de cuerpos de aquellos animales que mueren al cruzar las carreteras. El impacto los deja más allá de mis capacidades, en todas las formas.

Es justo decir que cada una de la veces me enamoro, y que cada una de las veces me horrorizo con el prospecto de una propuesta – verlos a través, verlos a lo largo, verlos desenroscarse, verlos desplegarse, y desenredarse. El estar presente, manteniéndome en vela indefinida, observando el momento en que puedan empezar a abrirse de nuevo.

III

Los he llevado en mis brazos, y en bolsas en playas llenas de gente; los he cargado en cajas de madera, los he transportado en autos, los he guardado en lavabos, y he tomado vuelos a casa llevándolos en las maletas, he festejado sal, descubierto minerales y he arrastrado cantidades de arena sin fin. Y, en la estela del agua, seguido de una repentina onda de frío, he heredado hielo.

IV

El vocabulario visual es, por su naturaleza misma, inquietante; pero es universal, y el movimiento debajo del trabajo es, en muchos aspectos, tradicional o formal. Las demandas del medio – no de la fotografía, sino de la alquimia de la carne y el hueso, el metal, la piedra, el papel, etc. – crean una dinámica particular. La descomposición y la erosión se dan el lujo de oportunidades exquisitas para mediar entre tensiones muy reales y tensiones orgánicas, ya sea explorando el límite conceptual entre la ilusión de la permanencia y la realidad del cambio, o la competencia literal entre la composición y la descomposición.

V

Aún estoy incierto acerca de cómo entender la relación particular entre este trabajo y el lenguaje, salvo presentar que es un aspecto interesante pero no resuelto de las cosas.

Seguramente, y durante la mayor parte del tiempo no tenía un lenguaje para nada de esto – no para el trabajo – para lo que estaba haciendo y porqué, y no siempre para los animales en sí (aunque con el tiempo llegaría a conocerlos, un diente o un dedo o alguna pelusa que finalmente los delataba).

La oportunidad de ir más allá del lenguaje para entrar en un paisaje cerrado no llega con frecuencia ni fácilmente. Y solo les puedo decir que para mí esa tierra salvaje es una especie de paraíso.

Más tarde, cuando tuve la oportunidad de mostrar el trabajo, me interesó descubrir cuan importante es que la gente intente captar algo del lenguaje subyacente, literalmente saber qué es lo que están mirando. Pero ya sea en un intento de hacer tierra o de distanciarse, no puedo estar seguro. Y debido a eso, en algún momento decidí no proporcionar palabras, en caso de que fuera lo segundo.

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