‘DIURNES’: APUNTES DE TRABAJO

 

En junio de 1994 se presentó en París Picasso Photographie 1901-1916 (1), la primera de una serie de tres exposiciones en las que el Musée Picasso exploraba la relación del artista con la fotografía. Picasso aparecía como un prolífico amateur documentando su propio estudio y los bodegones que allí le servían de modelo.

Las imágenes seleccionadas para esa muestra aportaban datos de interés sobre su método de trabajo pero no evidenciaban una voluntad de expresión específica. Sería probablemente más tarde, a través de la amistad con Brassaï y de su relación íntima con Dora Maar (1936-1945), cuando Picasso empezó a tomarse más seriamente la fotografía como medio de creación. Sin duda su proyecto fotográfico más ambicioso fue la serie de litografías titulada Diurnes (1962), realizada en colaboración con el fotógrafo francés André Villiers. (2)

Villiers y Picasso se conocían desde hacía tiempo. Fascinados por la Provenza donde ambos residían, decidieron realizar un trabajo conjunto a base de aplicar découpages con siluetas de figuras de la fauna y la mitología típicamente picassianas sobre paisajes y elementos naturales fotografiados por Villiers. Se trataba, pues, de combinar fotogramas con tirajes fotográficos convencionales.

Fotógrafo y pintor se encerraron durante quince años en el cuarto oscuro que Villiers tenía en Lou Blauduc, una soberbia mansión de campo alquilada, entre Mas Thibert y Salin-de-Giraud, en plena Camargue. Las manadas de caballos o de toros de lidia que pacían libremente en los alrededores probablemente inspiraron muchas de las composiciones. "Diurnes, en fin, posee toda la fuerza experimental de las aventuras plásticas de los surrealistas y al mismo tiempo la carga poética de la sensibilidad mediterránea, la exaltación de las fuentes de su memoria estética, la magia de sus raíces más visionarias. Es como el encuentro de un pastor y de una sirena encima del maletero de un Buick considerado como un ready-made", ha escrito con acierto la profesora Rosalynd Kroll. (3)

En Lou Blauduc los dos artistas produjeron algo más de medio centenar de originales, de los cuales seleccionaron una treintena para la edición de litografías. De las pruebas desestimadas, obviamente, nunca más se supo. La gran sorpresa llegó cuando el crítico de arte de La Depêche du Midi y profesor en la Universidad de Aix-en-Provence, Jean-Pierre d'Alcyr, recuperó las imágenes olvidadas. Tras conseguir que los actuales propietarios de Lou Blauduc le permitieron hurgar en el desván, D'Alcyr encontró diversos utensilios de laboratorio, dos sobres de papel fotográfico Agfa y un tercer sobre de papel fotográfico Mimosa. Estos sobres contenían las pruebas que no llegaron a utilizarse. Muchos tirajes están manchados o defectuosamente fijados; otros son versiones ligeramente distintas de las finalmente elegidas, pero en su conjunto permiten analizar Diurnes desde otra perspectiva: la que muestra no sólo los resultados terminados, sino también todo el proceso de trabajo, las sucesivas fases de selección, las dudas de los dos artistas, su compromiso final.

 

 

1. Baldessari, Anne: Picasso photographe, 1901-1906, Musée National Picasso, París, 1994.
2. Véase PORRAS, Maria Lluïsa: Duets fantàstics: Picasso-Villers & Picabia-Cravan, Barcelona: Fundación la Faixa, 1990.
3. Kroll, Rosalynd: Light and Shade in Surrealism, Northeast Saint-Thomas University Press, Booneville, MS, 1989.