Samuel Geenesin : “...durante la eliminación
de una de las pandillas en Asia, compramos una novia para
uno de los miembros más pobres y él traicionó
a su jefe. Teníamos que presentar el cuerpo muerto
del cacique como evidencia, así que corté su
cabeza y la traje en un bolso. Me premiaron con un caftán
brocado en oro y un turbante bordado con perlas". |