Hace unos 9 años salí de Cuba, buscando una patria que desconocía, la Argentina, con una formación que nada tenía que ver con lo que encontré del otro lado del mar. No salí de Cuba en busca de la tierra prometida, era ya adulto como para saber que ésta no existía, pero aspiraba encontrar un mundo con ciertas pautas morales y éticas importantes para mi.

Así descubrí una ciudad bellísima, enajenante, pero con patrones sociales algo perversos, una ciudad de hijos de inmigrantes que sueñan con emigrar, que extrañamente se autodeclaran carentes de una cultura propia, con una de las culturas mas personales que conocí, agregándoseles un extraño sentido chauvinista de amor y odio por su propia nacionalidad; la doble lectura en la comunicación verbal es el hábito cotidiano; la política es la carrera más perversa; la amistad es un juego de conveniencias, encontré una ciudad que vive en el simulacro. Una larga dictadura militar había dejado huellas y corrosiones demasiado profundas.

Así Buenos Aires. se convirtió para mi en el valle de la nada, donde se habían dado vuelta todos los patrones, donde entendí que para subsistir tenía que mimetizarme y hacer en mi un simulacro del simulacro. Creo que a esto responden estos trabajos. Las imágenes que presento son el resultado de la manipulación digital de fotografías tomadas en diferentes momentos de estos últimos años en Buenos Aires. Los fondos en su mayoría pertenecen a un trabajo realizado en Cuba en el año 84.


Sebastián Elizondo puede ser localizado en: frida@interactive.com.ar