Bill Thomas

"Suicidio"

Tina y Tostadora, 1991.

 

 

"La obra del hombre no es nada, es la larga jornada para recuperar, por medio de las desviaciones en el arte, las dos o tres imágenes sencillas y admirables, que primero ganaron acceso a nuestro corazón."

Alberto Camus

"Nada como"; afirmaciones como las de Camus siempre me han atraído

porque ofrecen respuestas y, aunque me he suavizado a lo largo de los últimos

años aprendiendo a satisfacerme principalmente con preguntas, todavía me

seduce la fantasía de una fácil e indolora, para no mencionar romántica,

explicación de nuestro viaje a lo largo de la vida. Sin dolor, esto es, a menos

que las "sencillas y admirables imágenes" a las que se refería Camus, fueran en

si mismas dolorosas, y que su acceso a mi corazón hubieran sido como una

puñalada.

 

El 15 de Septiembre de 1959, fui testigo de la sangrienta secuela de una

explosión de bomba en nuestra escuela primaria. Un loco se mató junto a otras

cinco personas al detonar una poderosa bomba en los terrenos de la escuela.

Fue un evento extremadamente difícil para mi y mis compañeros del sexto

grado, nadie le otorgó mayor consideración a nuestra experiencia traumática.

Es más, casi nada se comentó al día siguiente cuando regresamos al colegio.

Aquellos de nosotros que sobrevivimos la explosión y que vimos aquellos

cuerpos, nos convertimos en parte de la conspiración de silencio y negación,

condenados a tratar de recuperarnos de esa "admirable imagen".

 

El recuperar esa imagen de mi memoria necesariamente me ha acercado mas a

la muerte, y me ha llevado a examinar nuestras actitudes culturales que niegan

la muerte. El historiador Philippe Ariés describe esta actitud como la "muerte

prohibida". Tal vez en nada se encuentre mayor negación que con respecto a

ese tabú social del suicidio.

 

Mi actual proyecto, la serie sobre el SUICIDIO, procura tocar ese tema

socio-psicológico con una mirada irónica, viendo el suicidio tanto del lado serio

como de la perspectiva humorística. Las fotografías son escenas construidas y

dirigidas en donde se me ve a mi mismo en un acto suicida en una variedad de

formas extravagantes. Trato de adelantar la credibilidad de las escenas al

presentar información hyper-realista proveniente del uso del formato 8"x10"

al mismo tiempo que ampliar las fotografías a medidas muy grandes de

32"x42" en blanco y negro.

 

René Magritte dijo que no debemos temerle a la luz del día solo porque casi

siempre tiende a iluminar a un mundo miserable, y así es con mis fotografías

que intentan presentarle al espectador varios de los temas relacionados con

miseria y muerte --reconocer la negación de la muerte, la cohesión con el yo,

conductas auto-destructivas y enajenadas-- contra un fondo de humor.

En este contexto, el humor es más que una forma astuta para llegar a nuestras

partes mas oscuras. El humor también es una reafirmación de vitalidad y de

poder reconstructivo para mantenernos a lo largo de esa larga travesía en los

senderos que se bifurcan entre el arte y la vida, al margen de cualquier imagen

que recuperemos o de la cual hay que recuperarse.

 

Bill Thomas. 1997

Bill Thomas puede ser contactado en misterbil@sbcglobal.net