Fui
invitado de nuevo a FotoFest este
año. Usualmente es como “crítico de
portafolios”. No se si esto es exacto, pero me parece
que la idea de reseñar portafolios nació en
el FotoFest, y si no, es indudable que ellos elevaron esta
práctica a una forma de arte que ha sido imitado
en festivales de todo el mundo. De cualquier manera, lo
que sucede en el FotoFest tiene un gran valor, en todos
los sentidos, para todos aquellos que participan en él.
Un
fotógrafo que lleve su trabajo para que sea reseñado
por un grupo de personas que están en posición,
no solamente de dar consejos y crítica, sino también
de invitarlos a publicar (como en nuestro caso en ZoneZero),
exponer o hasta adquirir su trabajo (como también
hemos hecho), es algo muy especial. Aunque el costo que
tiene participar en estas reseñas no es poco, si
se añaden el transporte y el alojamiento en Houston,
ciertamente es una fracción de lo que costaría
al artista, tanto en tiempo como en dinero, el contactar
a toda la gente que participa como crítico en el
FotoFest. En este sentido, el poder tener tu trabajo reseñado
en el FotoFest es una ganga. Una prueba de lo práctico
de este proceso es la cantidad de fotógrafos que,
después de haber participado, regresan al año
siguiente.
La
reseña de portafolios es una tarea muy intensa,
solamente se tienen 20 minutos por fotógrafo. Sin
embargo, he comprobado que se puede hacer mucho en ese
período de tiempo tan corto. Los fotógrafos
también han aprendido a preparar sus portafolios
de manera que puedan ir al grano rápidamente. En
este sentido, la era digital ha introducido toda una gama
de soluciones muy prácticas para presentar nuestro
trabajo a otras personas.
Como
crítico, uno se va de Houston cargado de material
y de nuevos amigos que comparten nuestra pasión
por la fotografía. Nadia, mi pareja, me ayudó a
revisar los portafolios, aportando su visión femenina
y el punto de vista de su generación. Pienso que
esta mezcla fue benéfica para los fotógrafos
que revisamos, ya que constantemente percibíamos
cosas que se complementaban.
El
FotoFest de Houston de este año es uno de los mejores
a los que he asistido, la organización fue la mejor
que ha habido. Con una cantidad relativamente pequeña
de personal, fue impresionante lo bien que se llevaron
las cosas, todos los fotógrafos tuvieron sus reuniones
a tiempo y nadie quedó perdido en el proceso. Y
esto no es poca cosa debido a la enorme cantidad de participantes.
Docenas
de exposiciones cada noche fue demasiado para mí,
después de ver fotos todo el día, mis ojos
necesitaban un descanso, pero esto no fue posible y desgraciadamente
no pude prestar a todas esas exposiciones nocturnas la
atención que merecían, pero estoy seguro
de que no fue así para todos.
Muchos
de los portafolios que reseñé estaban demasiado
intelectualizados, las imágenes no reflejaban sus
ideas, o las ideas se sobreponían al trabajo ya
realizado, tratando de justificar a las imágenes.
Me asombró el nivel de soledad expresado en mucho
del trabajo que vimos. Esta soledad ni siquiera era algo
expresado concientemente en las fotografías, era
simplemente algo que se percibía, y al discutirlo
con los autores, les sorprendía que esto fuera algo
visible en su obra. Después de todo, la fuerza que
motiva la creación de nuestras imágenes tiene
fuertes vínculos con nuestras experiencias personales, ¿por
qué habría de sorprendernos esto? Sin embargo
esto es lo que sucedía. También me pareció que
eran las mujeres las que tenían más en claro
las ideas sobre su trabajo.
Así mismo
fue notable el hecho de que se podía ver la tecnología
digital por todas partes, pero en muy contadas ocasiones
se podía ver un aprovechamiento de sus posibilidades
creativas. La tecnología digital es más bien
utilizada como herramienta al servicio de una mente análoga,
en lugar de ir a una nueva dirección basada en el
potencial de la tecnología digital. Y atribuyo esto
a la lentitud con la que la tecnología digital ha
sido adoptada por las generaciones que comenzaron sus carreras
usando película.
Supongo
que el FotoFest del 2020 será muy diferente al del
2006. Las tecnologías digitales no gozan de la reputación
o el reconocimiento que ahora se les da a las impresiones
de plata sobre papel. Este es un giro irónico de
la fotografía, siempre se la consideró la
prima pobre de las artes, y ahora esto es lo que se piensa
de las impresiones digitales. Pero como sabemos, estas
ideas cambian con el tiempo y no vale la pena desgastarse
en discusiones inútiles. El que las impresiones
digitales tengan mayor durabilidad que las impresiones
de plata sobre papel, es algo que no se ha entendido suficientemente.
El hecho de que la impresión de inyección
de tinta tenga un mayor rango tonal que la impresión
de plata sobre papel, es algo que tomará tiempo
en ser totalmente reconocido. Mientras tanto lo que vimos
es que muchos fotógrafos presentan sus copias de
trabajo en digital y sus impresiones “buenas” en
plata sobre papel.
El
FotoFest es una gran vitrina para ver la situación
actual de la fotografía en Estados Unidos. Por supuesto
no es la única, pero es muy buena. Tomamos instantáneas
de todos esos fotógrafos que reseñamos para
recordar todos esos rostros que vimos en tan corto tiempo.
Nos sorprendió la diversidad étnica y de
edad de la mayoría de los participantes. Estoy convencido
de que esto no fue algo planeado por alguien sino que se
dio por sí solo. El hecho de que la reseña
de portafolios haya sido imitada en todo el mundo, nos
asegura que se pueda ver y comentar el trabajo de fotógrafos
de todos los continentes.
Nos
dio mucho gusto el poder ver nuevos trabajos muy interesantes
que les mostraremos aquí en ZoneZero a lo largo
del próximo año. No dejen de visitarnos.
Pedro
Meyer