Percepciones
sobre el mundo en desarrollo
Me
estaba quedando con unos amigos en Newry en Irlanda del Norte. Paddy y
Deborah amablemente me habían prestado la recámara de su
hija de cinco años. Corrina era simpática y curiosa y pasaba
mucho tiempo en la recámara. Un día cuando yo estaba sacando
unas monedas que se habían acumulado en mis bolsillos, de repente
ella comentó, "pero tiene dinero, pero, pero usted es de Bangladesh."
La familia recién había regresado de un viaje a Bangladesh.
Paddy trabajaba en una agencia de desarrollo y habían visitado
muchos de los proyectos. A la tierna edad de cinco años, Corrina
sabía que los bangladesís no tenían dinero.
Quién
representa a quién
Un
fax del departamento de televisión de la National Geographic Society
que llegó recientemente a nuestra biblioteca de imágenes
-dedicada a promover la obra de fotógrafos y escritores indígenas-
nos pedía ayuda en la realización de una película
que iba a incluir el episodio del ciclón de 1991 en Bangladesh.
Específicamente querían que los ayudáramos a localizar
a "gente de Estados Unidos, de Europa o de las Naciones Unidas...que
los llevara a conocer a una familia bangladesí apropiada."
La situación no es poco común. Invariablemente las películas
que tratan sobre la difícil situación de la gente de los
países en desarrollo muestran lo desesperada y desamparada que
está la gente; las personas que se dan cuenta de su situación
y que ofrecen ayudar son, por lo general, extranjeros blancos. En algunos
casos incluso se ve a personas del lugar ayudando, pero invariablemente
es un extranjero el que les ha mostrado una vía para solucionar
el asunto, y siempre es un presentador extranjero el que habla por ellos.
El extranjero es tan fuerte y directo y tan humanitario. Está a
punto de darles el micrófono, si tan sólo pudieran hablar
por sí mismos, si tan sólo entendieran.
La
construcción de un estereotipo
Tomas
de gran angular, en blanco y negro, imágenes granuladas y contrastadas
caracterizan a la típica víctima desamparada del tercer
mundo. Enormes carteles espectaculares que muestran a un niño desnutrido
con los brazos extendidos muriéndose en una esquina. Un mensaje
claro en elegante letra negrita, colocado en la esquina superior izquierda
que inteligentemente ha sido dejada en blanco. El mensaje reza "Siempre
estaremos ahí." Una realidad construida por y para los que
quieren que olvidemos las implicaciones. Que "ustedes (el mundo en
desarrollo) siempre estarán ahí." En ese papel (una
existencia pasiva que necesita ser mantenida) permanecen los que reciben
ayuda, el "grupo clientelar".
Las
suposiciones y cómo se convalidan
En
todos estos casos el producto final es el mismo. Al público occidental
le toca ver una visión distorsionada del mundo en desarrollo. Una
situación de la cual el público en cuestión difícilmente
puede estar totalmente libre de culpa. Los niños británicos
en edad escolar piensan que entre 50 y 75% de los niños en el mundo
están visiblemente desnutridos (la cifra real es menos de 2%),
y que solamente entre 10 y 20% de los niños del mundo de entre
seis y doce años de edad empiezan la escuela (la cifra real es
de casi 90%), y que el índice de crecimiento de la población
en el mundo en desarrollo está aumentando (en todas las regiones
en desarrollo este índice está disminuyendo, incluyendo
África). El hecho de que una alta proporción de la información
sobre el mundo en desarrollo que recibe el lector promedio occidental
provenga de campañas para recolectar fondos, es otra causa de esta
grave deformación.Está por supuesto la otra línea
de conducta por la cual se crea una "Participación tercermundista"
en forma de excursiones guiadas a periodistas tercermundistas asalariados
a quienes se les da lo que equivale a una visión censurada de los
países ricos. En un tour reciente de Estados Unidos, organizado
por la Agencia de Información de Estados Unidos, una persona del
Departamento de Estado me acompañó a todas partes, y mi
petición de visitar Harlem fue rechazada debido a "razones
de seguridad." Nunca se hizo público mi informe sobre el viaje.
El que gente de los países en desarrollo sí haga estos viajes
y contribuya a estas formas de política de fachada es, por supuesto,
una mancha en su propio profesionalismo. Organizaciones como el Banco
Mundial financian investigaciones hechas por gente que se sabe es moderadamente
crítica, con la condición de que el Banco Mundial pueda
decidir si se publica o no el trabajo. De este modo conserva el control
definitivo
El
negocio del desarrollo
ECada
organización tiene una meta, un medio y un método. La meta
aparente de las organizaciones donantes es hacer que los destinatarios
del apoyo se vuelvan autosuficientes. Para este propósito usan
el dinero de los contribuyentes, por lo general una fracción del
porcentaje de su producto interno bruto (PIB). La ayuda auténtica
también constituye una pequeña porción de los ingresos
del destinatario. El método varía, pero invariablemente
incluye una contribución de mucho personal, y materiales del país
donante que se paga con el mismo dinero que se distribuyó como
ayuda. El crecimiento de una organización depende de su capacidad
de producir más trabajo. Hay un número limitado de países
beneficiarios, un mercado restringido. Todas las agencias donantes compiten
por este mercado pequeño. Un país destinatario que realmente
llega a ser autosuficiente (inaudito en la historia del desarrollo) ya
no necesita un donante. La agencia donante, al cumplir con su manifiesto,
se volvería superflua. Lo mismo ocurre en el caso de una persona
que trabaja para una agencia de desarrollo. El mito de la ayuda humanitaria,
sin embargo, se descartó hace mucho, y ahora los donantes abiertamente
se preocupan más del gobernar (de cómo gastamos su dinero),
y ha habido un cambio visible hacia la administración del flujo
de fondos más que a la utilización humanitaria de estos
fondos. Invariablemente las agencias donantes declaran ser apolíticas.
El acto mismo de dar dinero, o su equivalente, a personas muy necesitadas
es un acto fuertemente político. Un trabajador de una agencia de
desarrollo se encuentra en una posición de mucho poder. Son personas
a las que hay que agradar si uno quiere un préstamo, o acceso a
la educación, o comida.
La verdad es que a pesar de que dicen delegar responsabilidades, la gente
del lugar toma o participa en muy pocas de las decisiones. Y muy pocas
de las decisiones tomadas por los especialistas extranjeros incluyen un
conocimiento regional a fondo. Sería peligroso para estos especialistas
extranjeros permitir la infiltración de personas que pudieran penetrar
su cadena de información, algo que las fotografías hacen
particularmente bien. La cultura, antes considerada como un estorbo para
el desarrollo, ahora se ha convertido en algo que está de moda
para promoverlo. Pero tiene que ser un tipo de cultura particular, envasado
de una manera particular.
El "negocio de la imagen" se vincula de modo inextricable con
el "negocio del desarrollo." De la proyección de diapositivas
en pueblos remotos a elegantes exposiciones en hoteles de lujo, de pequeños
volantes a libros grandes de costosa edición, de campañas
para recaudar fondos a informes anuales, las agencias de desarrollo ávidas
de imágenes, dependen mucho de los creadores de las imágenes.
Uno se alimenta del otro. Por lo tanto no es nada sorprendente que los
realizadores de las imágenes (léase fotógrafos hombres
blancos en su mayoría) crean imágenes que son buenas para
el negocio de ambas industrias. El desarrollo o la representación
justa no figuran en la ecuación..
La
estrategia de comercialización
Desde
luego existe la necesidad (entre las naciones industrializadas) de demostrar
los resultados de la ayuda donada. Un reportaje especial reciente acerca
de OXFAM, que salió en el periódico británico The
Observer, se llamaba el Suplemento de la Pobreza, y en palabras del propio
The Observer "El propósito principal del suplemento de la
pobreza era persuadir a nuestros lectores a que apoyaran económicamente
el trabajo de OXFAM. Evidentemente tuvo mucho éxito." De hecho
el suplemento era un anuncio en The Observer que costó $25 000
libras. El apoyo de los lectores de The Observer equivalió a una
tercera parte del presupuesto anual de las co-asociaciones de desarrollo
de OXFAM en Zambia. Cuando se hizo una propuesta parecida para los proyectos
de CONCERN en Bangladesh, aunque CONCERN había propuesto a un fotógrafo
local de reputación internacional que había estado trabajando
en los proyectos durante más de seis años, y que The Observer
había estado de acuerdo en un principio, a última hora se
echaron para atrás, y le dieron el trabajo a un fotógrafo
británico. Sin embargo utilizaron fotografías de reserva
del fotógrafo bangladesí, pero solamente les interesaron
las fotos de casuchas y de pobreza que constituían tan sólo
una pequeña parte del trabajo total.
El
poder de las im‡genes
Una
cámara puede ser un instrumento de una sensibilidad excepcional
o de cero sensibilidad. Una fotografía puede:
1) Ser un instrumento visual de la memoria
2) Dar información detallada
3) Mostrarnos lo que no podemos ver
4) Almacenar información compleja para análisis posterior
Y lo más importante, puede influenciar a la gente y crear respuestas
emocionales poderosas. Estamos conscientes del significado de las palabras,
pero se nos olvida que las imágenes pueden tener significados diferentes
para personas diferentes, y que el significado de una fotografía
puede depender en gran medida del contexto en que se usa. "La Cámara
nunca miente" es la mentira más grande de todas.
La necesidad de un tipo diferente de
educación
ISi realmente vamos a trabajar por un cambio social, ¿qué
dirección debería tomar la educación relativa al
desarrollo? Instruir a la gente del lugar sobre las ventajas de una buena
nutrición, la planificación familiar, la educación
de sus hijas. Eso es sumamente importante y en gran medida se está
intentando hacer. Pero y ¿qué hay de enseñarle a
la gente (sobre todo a los trabajadores de los programas de desarrollo)
a que busque otras opciones además de la ayuda? Y ¿qué
de fomentar que algunos bangladesís se conviertan en figuras ejemplares
dirigiendo organizaciones internacionales de desarrollo, y darles el apoyo
y la fuerza política necesarios para que tengan éxito? Y
¿qué tal que los extranjeros intentaran aprender bangla,
desviándose así de la política que dicta que el éxito
en la escalera del desarrollo está directamente correlacionado
con la competencia de una persona en el inglés? Y ¿qué
del usar imágenes que presentan un aspecto positivo del país
en vez de las imágenes de desamparados indefensos que se usan para
recaudar fondos? O de no distorsionar los pies de foto sustituyéndolos
con una plétora dramatizada y orientalista? ¿Por qué
no dejar de tratar con condescendencia al gobierno y realmente trabajar
con ellos en vez de crear lo que es en efecto un gobierno paralelo? ¿Por
qué no enseñar a aquellos que trabajan en programas de desarrollo
lo que realmente significa la palabra desarrollo?
En los créditos de los artículos que tratan sobre los países
más pobres no aparecen nombres indígenas. Cuando se le preguntó
a los editores de imágenes y a los que trabajan en programas de
desarrollo que por qué esto era así, ellos sostuvieron que
sencillamente no había personas en estos países con la calificación
necesaria para hacer el trabajo. Sospechaban de su seriedad, su profesionalismo
y su capacidad para entender el proyecto. En consecuencia nosotros empezamos
a hacer una encuesta sobre los fotógrafos nativos que trabajan
en su propio país. La respuesta, tanto en términos de cantidad
como de calidad del trabajo, fue abrumadora. Si una organización
pequeña con sede en Bangladesh armada con nada más que listas
obtenidas de amigos interesados puede reunir una lista tan impresionante
de talentosos fotógrafos nativos que están haciendo un buen
trabajo en sus propios países, por qué entonces ha sido
tan difícil para las agencias de desarrollo 'descubrirlos'. Desde
luego la palabra descubrir es una palabra clave al fotografiar a los nativos.
El fotógrafo se baja del avión, 'descubre' al nativo y regresa
con la exclusiva. Que el descubrimiento implique una ignorancia anterior,
parece nunca ser tomado en cuenta. Sin embargo, hay personas que sí
conocían a la gente nativa, que sí entendían su idioma,
que sí respetaban su cultura y entendían los problemas de
fondo. Éstas son las personas, preparadas, disponibles y capaces,
que no existen. No han sido descubiertas.
La
historia de la fotografía no menciona el trabajo hecho por fotógrafos
en países más pobres. Mientras las heroicas hazañas
de Hill y Adamson son alabadas, los fotógrafos que tuvieron que
importar todo su equipo y sus materiales de los países más
ricos y quienes documentaron sus culturas por poca remuneración
económica, jamás han sido registrados en los archivos. Son
pocas las excepciones, como el caso del fotógrafo hindú
Din Dayal, a quien los británicos legitimaron por haber servido
a la corona otorgándole el título de Rajá. Otros
nombres mucho más importantes en el campo de la fotografía
en esa misma época, tales como Ali Ahmed Khan, nunca se mencionan,
situación incomprensible hasta que uno recuerda que Khan había
dirigido un ataque rebelde en contra de las tropas británicas.
En
sus cinco años de funcionamiento como biblioteca de imágenes
con sede en el mundo en desarrollo, hemos recibido muchos pedidos de imágenes
de Bangladesh hechas por editores, ONGs y agencias donantes. Las imágenes
más solicitadas hasta el momento han sido de las inundaciones,
de los ciclones, y de las casuchas. Hubo incluso un pedido de la inundación
de Dhaka durante las inundaciones de 1993, que el cliente insistía
había ocurrido. No hemos recibido por ejemplo un pedido de una
fotografía de una persona usando una computadora, una fotografía
que muy comúnmente está en existencia en las bibliotecas
occidentales, de la cual también tenemos varias. En un caso el
cliente, un editor de libros escolares en Gran Bretaña, insistía
en que nuestra fotografía de una tila (una stupa pequeña
en medio de una charca que se usa como refugio durante los ciclones) era
demasiado chica y que ellos sabían de la existencia de stupas enormes,
gigantescas, que los fotógrafos del lugar y los trabajadores sociales
que habían peinado exhaustivamente las zonas afectadas por el ciclón
jamás habían visto y de las que nunca habían oído
hablar.
El peligro de no quedar incluido no es tan grande como el peligro de ser
anulado. Los libros que te enseñan cómo ser un fotógrafo
exitoso, los que te enseñan los secretos del oficio, esencialmente
enseñan cómo volverse occidental. Puesto que la persona
que toma las decisiones más importantes en cuanto al uso que se
le da a una fotografía es invariablemente la persona más
alejada del suceso en sí, la 'fórmula' del fotógrafo
para producir imágenes aceptables es reproducir maquinalmente la
política editorial sin tener en cuenta lo que se observa. Eso es
lo que el fotógrafo nativo tiene que reproducir si él o
ella quiere salir adelante. Eso es lo que los hace empezar a 'existir'.
El peligro, por lo tanto, es convertirse en una oveja que usa la ropa
de un lobo, y con el tiempo convertirse en lobo.
Casi
todas las ONGs parecen tener las habituales 'actividades que generan ingresos',
los grupos de ahorro donde los habitantes de los pueblos se juntan en
un círculo y firman la libreta de depósitos, las clases
funcionales y educativas donde a los habitantes se les enseñan
expresiones urbanas de la clase media que incluso en las ciudades sólo
se usan en situaciones formales. Donde se les enseña que "el
policía es tu amigo
" y ellos tienen experiencia de lo
contrario. Fotografías que retrataran las actividades de cien ONGs
diferentes serían en su mayor parte idénticas. ¿Dónde
está la preparación para establecer redes entre personas
y proyectos, actividad con la que se desarrolla el circuito donante mismo?
¿Dónde está el énfasis en la informática
que permite que los países más ricos mantengan su completo
dominio? Se ha observado, analizado y comprendido a los pobres de estos
países, pero por qué se les ha construido una celda sin
salida? ¿Por qué se ha convertido a naciones enteras en
conejillos de indias de antropólogos, sociólogos, economistas
y fotógrafos extranjeros?
En
un esfuerzo reciente realizado por una agencia independiente para instalar
correo electrónico en Bangladesh y así establecer un diálogo
entre naciones y uno Sur-Sur, se descubrió que muchas ONGs ya tenían
una cuenta propia de correo electrónico, pero que no le habían
ofrecido el servicio a los demás, ni siquiera a otras ONGs. La
información parece ser un recurso que las personas ocultan, el
acceso a la información algo que selectivamente se niega a los
países en desarrollo. La naturaleza de las imágenes que
representan a los países en desarrollo es un índice del
control de los medios masivos de comunicación que impedirá
el desarrollo de los países en desarrollo..
Una canción de la noche de brujas resume algunas de las posturas
descritas:
(Cantada con la melodía de WE THREE KINGS)
Nosotros que vamos a pedir nuestra calaverita con disfraces brillantes
Les pedimos ayuda para los niños de lejos.
No queremos dulces, pero dinero estaría bien,
Aquí está nuestro frasco de UNICEF.
Oooooooooooooooooooooooooooh
Ayuden a los niños, en tierras extranjeras,
Se mueren de hambre, hagan lo que puedan
No tienen nada que comer, mucho menos dulces
Extiendan la mano y ayuden a su prójimo.
(Ahora hay una versión no sexista donde se sustituye hombre por
ser humano.)
Shahidul
Alam, Dhaka 30tde mayo de 1994
shahidul@drik.net
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