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Activistas tercermundistas están usando las comunicaciones mundiales para presionar a los poderes de facto e incluso para salvar vidas. Para el fotógrafo bangladesí Shahidul Alam el potencial subversivo del Internet en su país está fuera de toda duda.




SALVA-VIDAS EN LÍNEA

por Shahidul Alam

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"Salgan, no vamos a disparar." El ruido de un megáfono de la policía nos puso en alerta bruscamente. Después de que se fueron de nuestro departamento en Dhaka, subí a la azotea para tratar de encontrar a la persona que pensaban que estábamos escondiendo. No encontré a nadie, pero la redada nos hizo darnos cuenta de que la dictadura de nueve años del General Ershad estaba sintiendo la presión.

Al estar administrando Drik, una biblioteca de fotografías creada para promover una visión más positiva de los países en vías de desarrollo, ya estábamos en el negocio de divulgar información. Hasta este momento habíamos logrado discretamente distribuir nuestras fotografías en el extranjero con la ayuda de unos amigos. Ahora la necesidad era más urgente: teníamos que evitar que se derramara más sangre. No podíamos llamar por teléfono ni mandar un fax ya que ninguno de nosotros teníamos una línea telefónica al extranjero. Dos días después, en diciembre de 1990, cuando el General Ershad finalmente acabó cediendo su puesto, empezamos a juntar el dinero para instalar la línea.

La necesidad llegó pronto. Después de todo, el nuevo gobierno electo resultó ser nada democrático. Así que en 1994 finalmente decidimos dar el brinco a las comunicaciones de alta tecnología. Nos conectamos con TOOL, una ONG extranjera, y establecimos nuestra propia red de correo electrónico, llamada DrikTAP. No había forma de poder costear el envío de faxes, y mucho menos las llamadas telefónicas, y el correo normal era demasiado lento. Ahora con una línea telefónica normal podíamos mandar mensajes al extranjero a un precio económico.

Pronto descubrimos que había otros que querían participar en el sistema de correo electrónico, entonces empezamos a ofrecer el servicio a ONGs de la región y a activistas. UNICEF y el Banco Grameen fueron de los primeros en incorporarse. Grameen se dedicaba a dar préstamos a los pobres y tenía una amplia base rural. UNICEF tenía sucursales por todo el país. Usaban la red para conectar todas sus oficinas a escala nacional. Luego Drik empezó a mandar fotografías por correo electrónico. Eso era algo que antes sólo las grandes agencias occidentales como AP, AFP y Reuters podían hacer.

Ahora nuestra pequeña red estaba empezando a conectarse con otros grupos que pensaban igual y Drik empezó a ser conocida como una organización resuelta a cambiar la manera en que se percibía a los países más pobres. Nuestros "tableros de noticias" eran útiles para cosas cotidianas como por ejemplo rentar un departamento o localizar a un especialista, pero eran decisivos cuando necesitábamos mantenernos en contacto en momentos de peligro..


 

Talisma Nasreen


Dos meses después la escritora feminista bangladesí, Talisma Nasreen, recibió una amenaza de muerte por parte de fundamentalistas islámicos y el gobierno la acusó de blasfemia. Teníamos que tomar medidas inmediatamente -para crear presión nacional e internacional para que Talisma pudiera salir de la clandestinidad-, informar a PEN (el grupo de apoyo a escritores internacionales) y a Amnistía Internacional; lo hicimos y la campaña despegó. Nuestra frágil red estaba funcionando. Después uno de nuestros miembros nos enseñó a usar "métodos de búsqueda" tradicionales para localizar grupos de derechos humanos y buscar "foros de noticias" bangladesís en el extranjero (Bangladesh.Soc.Culture es uno bueno). Sabíamos que políticamente las cosas iban a empeorar y teníamos que tener una manera de sacar la información que fuera rápida y barata. Si a algunos de nosotros nos detuviesen los otros podrían movilizar suficiente presión para evitar nuestra simple "desaparición".

Cada mes nuestra red se volvía más popular. ONGs importantes, universidades, grupos de investigación, agencias de las Naciones Unidas e incluso organizaciones gubernamentales y embajadas entraron a formar parte. Surgieron conferencias sobre una amplia gama de temas: música, derechos de los niños, solicitudes de trabajo, incluso compra y venta. Habíamos empezado a usar el bangla (aunque con letra tipo romano) para que pudiéramos por lo menos usar nuestro propio idioma. Amigos nuestros que vivían en el extranjero mandaban nuestros mensajes sobre derechos humanos a los populares grupos de noticias de Bangladesh. Cuando la policía hizo una redada en la universidad para detener a los líderes estudiantiles la noticia se difundió por el mundo en cuestión de horas. Cartas dirigidas al Primer Ministro llegaron a raudales de todas partes, dándonos un respiro y salvando algunas vidas.

Al darnos cuenta de la fragilidad de nuestra conexión (una sola línea telefónica conectaba a todos nuestros usuarios, tanto nacionales como internacionales) hicimos una campaña para tratar a los proveedores de correo electrónico como clientes especiales que requerían líneas de calidad. Aunque éramos el proveedor más grande de correo electrónico en Bangladesh, DrikTAP no era totalmente legal -no teníamos un permiso "oficial" del gobierno. Por otro lado estábamos asombrados de que a pesar de la cantidad de información crítica que transmitíamos por la red no habíamos afrontado ninguna censura directa. Habíamos tenido dudas cuando atacaron e hirieron a un trabajador de Drik y otra vez cuando cortaron nuestra línea de teléfono durante una semana. Pero en general nos estábamos saliendo con la nuestra. Supongo que cerrar la red de correo electrónico más grande y popular del país era algo que incluso el gobierno estaba poco dispuesto a hacer, sobre todo ante la inminencia de las elecciones.

Poco a poco empezamos a descubrir otros usos para la tecnología. Establecimos programas de entrenamiento y finalmente un club de correo electrónico donde nos encontrábamos a discutir los problemas. Compartíamos las responsabilidades de la red y decidíamos colectivamente sobre los proyectos futuros. Era una mezcla extraña. Llegaban tanto los muchachos prodigio como los analfabetos de la computación. Los que tenían un conocimiento más profundo de la tecnología se turnaban entrenando a los recién llegados. Los activistas políticos asumieron el papel de cabildear para conseguir líneas telefónicas adicionales y acceso al Internet.

Cuando Drik ya no pudo más con la demanda de apoyo técnico, muchos de nuestros miembros más experimentados se ofrecieron a ayudar contestando las dudas. Algunos establecieron un sistema para que los usuarios fuera de la capital pudieran tener acceso a la red usando llamadas locales. Empezamos a trabajar más como una familia y la red adquirió una forma más humana. Pusimos un anuncio pidiendo ayuda de una escuela local que estaba luchando por abrirse camino y un médico ofreció su ayuda. Otros ofrecieron ayuda pedagógica, algunos dieron dinero.

Sin embargo el correo electrónico es todavía muy caro para la mayoría de los bangladesís - incluso para las élites locales. Una computadora cuesta tanto como medio año de un salario promedio y un módem cuesta más que una vaca, sin mencionar el precio de una línea de teléfono. Así que empezamos a funcionar como una oficina de correos electrónica. Las personas llegan con su diskette; nosotros mandamos su correo electrónico y ellos regresan más tarde para recoger su respuesta. Y no todos los que usan el servicio son activistas.



Golam Kasem


Nuestro usuario más viejo, Golam Kasem, recién había cumplido 103 y nunca había visto una computadora en su vida. Yo solía ir en bicicleta a su casa en la Calle Indira con una hoja impresa con un mensaje de su nieto en Canadá, y al día siguiente regresaba en bici para recoger su respuesta. Me acuerdo del débil anciano, enderezando la hoja impresa en computadora y ajustando sus gruesos lentes mientras sostenía el papel a la luz de su lámpara de tungsteno.

Sin embargo, hay algunos rubros donde fracasamos totalmente. Nuestros "tableros de noticias" estaban dominados totalmente por hombres y muchos de los chistes eran sexistas. Algunos hasta racistas. Cuando una usuaria protestó por una declaración sexista los hombres se desquitaron con saña. Algunas voces fuertes dominaron los tableros de noticias. La tecnología era nueva para mucha gente. A menudo un correo personal acababa accidentalmente en el tablero de noticias, a veces con consecuencias vergonzosas -haciendo que el sistema les diera miedo a los principiantes.

En general, sin embargo, DrikTAP se ha convertido en una poderosa manera de hablar con el mundo exterior. Y, más importante, de hablar entre nosotros. Cuando nuestro "nodo" en Bangladesh llegó a ser más grande que el de la oficina central de nuestro socio del norte en Amsterdam, discutimos, por razones políticas, que la oficina central debería estar en el mundo en desarrollo. En julio del año pasado propusimos el traslado de la oficina central de nuestra red global a Bangladesh. De este modo estábamos presenciando un cambio pequeño en el equilibrio político.

 

Shahidul Alam vive y trabaja en Dhaka, Bangladesh y se puede contactarlo en Drik Picture Library Ltd. shahidul@drik.net Voz: 880-2-81295 / Fax: 880-2-911504 /



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