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Digital Corner 
 

El Evangelista FotoDigital

22 de enero de 1998


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Cuando Pedro Meyer me pidió escribir una columna quincenal para ZoneZero lo consideré no solamente un honor, sino una obvia llamada para evangelizar... una oportunidad para convertir a la fotografía digital a quienes aún permanecen encadenados a la plata y liberarlos para que, al fin, puedan ver "y trabajar" la luz de la perfección del pixel. A pesar del negativismo expresado por numerosos tradicionalistas, esta nueva forma de crear imágenes llegó para quedarse.

Pero conforme la revolución fotodigital empieza a ganar impulso, va dejando a su paso incontables y confusas víctimas. Las revistas impresas arrojan cháchara tecnológica sobre miles de lectores que sólo quieren tantear el agua... pero no cruzar el río. El propósito oculto, por supuesto, es inducirlos a comprar hardware y software carísimos que probablemente no necesitan y que quizá nunca aprenderán a usar. Las revistas apoyan a los anunciantes y éstos a las revistas, lo que no siempre redunda en beneficio de los lectores. Yo no tengo ninguna relación directa o indirecta con alguno de los fabricantes... mi compromiso es estrictamente con ustedes.

Creo que la película sobrevivirá durante algunos años más, pero para el 2025 será tan sólo un vago recuerdo... un curioso proceso del cual podrán platicarles a sus nietos. Las imágenes se capturarán en tarjetas digitales, las que se llevarán a la farmacia para su fotoacabado. Una cantidad relativamente pequeña se imprimirá mediante computadoras personales, pero para la mayoría es sólo el medio el que cambia, no el método. El tiempo será un valioso factor para que el fotógrafo ocasional se involucre en la creación e impresión de imágenes digitales.

Sin embargo, para los fotógrafos serios será algo diferente y, esperemos, esta columna será un catalizador para que muchos de ustedes den el primer paso. El director de mercadotecnia de una compañía que produce software para la creación de imágenes me dijo recientemente que en sus frecuentes viajes por el país visitando grupos de usuarios, ha visto que los fotógrafos quieren incursionar en la fotografía digital pero "están asustados por la diversidad de software y hardware y los altos costos."

Una investigación que se realizó hace más o menos un año encontró que de los 630,000 lectores de una importante publicación fotográfica, 40 por ciento de ellos (más de un cuarto de millón) poseen computadoras capaces de crear imágenes digitales. Así que, ¿por qué no las están haciendo? Lea algunos libros de computación o documentos de software y díganme si no encuentran un nuevo sesgo en la frase "inglés como una segunda lengua". ¿Cómo pueden comprometerse con algo si no pueden entenderlo?

A mí me gusta hacer fáciles de entender las cosas difíciles... ha sido un reto personal durante toda mi vida. Si puedo entenderlo, puedo reducirlo a su esencia de modo que casi cualquiera pueda captarla. Como fotógrafo, lo hago intuitivamente... simplificando en el tiempo un momento visual enmarcando sólo aquellos elementos que se necesitan para contar una historia y luego, cuando están todos en su lugar, hacer la exposición. El fotoperiodista Henri Cartier-Bresson era un maestro en eso, captando el "momento decisivo", el instante preciso en que se revelaba la esencia del sujeto.

En entregas posteriores se cubrirá una amplia gama de materias, todas con tópicos fotográficos. Las siguientes les mostrarán como empezar a crear imágenes digitales con muy pocos recursos, usando las cámaras y las Macs o las PCs que tienen ahora. También abordaré cámaras digitales, impresoras, hardware, software, talleres de Internet, libros, videos y CDs de adiestramiento, procesos alternativos de salida y muchos otros temas... algunos de los cuales se derivarán de sus preguntas y comentarios. Y dado que ésta es una columna de opinión (pero no intransigente), espero que tengamos algunas animadas discusiones en la medida en que ustedes añadan su granito de arena (o más).

La retroalimentación (y las aclaraciones) de los expertos que saben más que yo serán siempre bienvenidas porque, como dice Pedro: "No hay lugar para quienes creen que ya lo saben todo. Esa ilusión durará a lo mucho seis meses. Nadie, ni siquiera tú, puede pretender mantenerse al día con algo que cambia cotidianamente. Así que debemos trabajar en red." Eso es lo bueno de todo esto. ZoneZero, con todos los lectores que llegan, y tú, somos la red.?

Cada vez que se requiera, mi columna incluirá ligas que complementen, ilustren o enriquezcan la materia de que se trate. No tiene caso refritear otros materiales si tenemos acceso a los originales; ésa es la belleza y el poder que no puede ofrecer ningún otro medio, más que la red (y tu mamá, quizá). Y espero que ustedes también contribuyan con sus ligas favoritas, para que podamos compartirlas.

Además del tema principal, esperen también un poco de variedad en cada columna. No todos los temas serán de índole técnica. Algunos podrán ser de corte filosófico (pero les aseguro que no serán aburridos) y otros de plano anecdóticos (y, espero, humorísticos). También sugeriré que emprendan algunos proyectos para que puedan comenzar a pensar en nuevas vertientes fotográficas, y quizá pueda pedirles que envíen fotografías digitales sobre varios temas si convenzo a Pedro de que abra una galería especial para las que valga la pena exhibir.

Antes de concluir, déjenme decirles algo sobre mí. He sido fotoperiodista, cineasta, escritor, músico, profesor universitario y de escuela primaria, director de noticiarios televisivos y oficial guardacostas, y he ganado una serie de premios y condecoraciones en todos esos campos. Pero más que nada, toda mi vida he sido un apasionado amante y practicante de la fotografía, tanto como medio documental como expresión artística.

He vivido y viajado extensamente en varios países del Tercer Mundo y ahora radico en la infame Miami, con veinte gatos que adoptó mi esposa Carol. Soy director ejecutivo de Children?s Telemedical Health Fund, y puedes visitar nuestro sitio en http://www.cthf.org para ver cómo esa organizacióm única provee de asistencia médica a niños desamparados a través de la tecnología de la televisión interactiva.

Para terminar, les contaré una anécdota que quizá encontrarán divertida y hasta útil. Cuando empecé a trabajar como fotoperiodista en Nueva York, hace mucho tiempo, me quejé con un compañero fotógrafo, Al Francekevich, de un editor en Time-Life que exigía algunos pequeños, quisquillosos e innecesarios cambios a algunas impresiones que le había entregado. Después de calmarme, Al me platicó de la época en que fue a una agencia de publicidad a mostrar un portafolio. Esto es lo que me contó:

Estaba sentado en una pequeña recepción afuera de la oficina del director, en J. Walter (Thompson Advertising Agency) cuando un joven artista irrumpió para mostrarle al director un trabajo terminado. Otra persona esperaba junto a mí, y el jovenzuelo le comentó que ése era su primer trabajo para la agencia.

"¿Puedo echarle un vistazo?" le preguntó. El muchacho, orgulloso, le enseñó la pintura. Estaba muy bien hecha. Más de setenta parejas en traje de noche bailando a la luz de la luna a la orilla del mar... colores exquisitos, el tono perfecto, todos los detalles en su lugar.

Llamaron al muchacho, entró y al poco rato salió. Lucía devastado.
"¿Qué pasa?" inquirió mi compañero de espera.
"No puede ser", dijo el muchacho, obviamente agitado, quiere que mueva todas las parejas un poquito a la izquierda. Eso quiere decir que tengo que hacer todo el maldito trabajo otra vez.

Mi compañero asintió con simpatía: "Este director siempre cambia las cosas para que pueda resaltar su genio creativo... a mí me hacía lo mismo hasta que comprendí el asunto." Te voy a decir lo que deberías haber hecho. ¿Ves a esta hermosa mujer en primer plano? Le deberías haber pintado un mechón de pelo en el brazo.
"¡Pero eso se vería horrible! " respondió.
"Claro que sí " asintió mi compañero, pero él habría dicho, uh, mira este brazo tan feo... quítale ese mechón de ahí, y tú podrías arreglarlo con un par de brochazos en vez de pintar todo otra vez.

Nos veremos pronto, y no olviden decirme qué es lo que les gustaría que se tratara en columnas posteriores

Arthur Bleich