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Most
of the pubs and restaurants along Boat Quay have not opened yet.
And business is slow for those that are. Their main patrons are
tourists and foreign expatriates, mostly Caucasian, relishing
the laid-back pace of life, reminiscing a slice of life back home.
Several
statues dot the banks of the river. Besides the famous statue
of Sir Stamford Raffles, there are statues of Chinese coolies,
an ox-cart, a Malay boy fishing, and even cats. They depict activities
and facets of life along the river in early-immigrant Singapore.
But
what captivated me the most are the cats. Every evening, an old
man on a rusty bicycle will stop at the spot where the statue
of the cats are, beside the Cavenagh Bridge. And about a dozen
live cats, which seem to be anticipating his arrival,
appear out of nowhere and rush to him immediately. The old man
then alights from his bicycle to feed the cats and cuddle them.
And
sensing my presence, he hurriedly took off.The clouds take on
a myriad of hues as the rays of the sun fight a losing battle
against the encroaching darkness. Orange, red, yellow, mauve,
purple, they resemble cotton flowers floating on a kaleidoscopic
sea.
Soon the office crowd will descend on Boat Quay in throngs. Soon,
the tugboats will stop crisscrossing the river. And the neon lights,
Victorian street lamps and candle flames will light the streets
of Boat Quay.
Soon Boat Quay will stir to life.
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La
mayoría de las tabernas y restaurantes a lo largo de Boat
Quay aún están cerrados. El negocio va lento para
aquellos que están aquí. Los patrones son turistas
o extranjeros expatriados, la mayoría son caucásicos,
que saborean sin preocupaciones la vida tranquila, evocando un
trozo de sus vidas en sus países de origen.
Hay
varias estatuas en las orillas del río. Además de
la famosa estatua de Sir Stamford Raffles, hay estatuas de jornaleros
chinos, una carreta jalada por un buey, un niño de Malasia
pescando e, incluso, hay gatos. Las estatuas representan actividades
y facetas de la vida alrededor del río en el Singapur de
los primeros inmigrantes.
Pero
lo que me cautivó fueron los gatos. Cada mañana
un anciano en una bicicleta oxidada se detiene en donde están
las estatuas de los gatos, a un lado del puente Cavenagh y casi
una docena de gatos vivos, que parecen anticiparse
a su llegada, salen de la nada y se dirigen hacia él inmediatamente.
Entonces, el anciano desciende de su bicicleta para alimentarlos
y acariciarlos.
Cuando
notó mi presencia se marchó apresuradamente.Las
nubes adquieren una miríada de tonalidades distintas, al
tiempo que el sol pelea una batalla perdida en contra de la oscuridad
que va invadiendo todo. Naranja, amarillo, rojo, malva, morado,
parecen flores flotado sobre un mar caleidoscópico.
Pronto
la muchedumbre de oficinistas llegará a Boat Quay en tropel.
Pronto las embarcaciones dejarán de cruzar el río
y las luces de neón, las lámparas estilo victoriano
y las llamas de las velas alumbrarán las calles de Boat
Quay.
Pronto
Boat Quit se llenará de vida.
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