1998 © Pedro Meyer



En el extremo opuesto de las Tiendas en el Forum del Caesar's Palace –una especie de colonia lunar barroca completamente aislada del mundo exterior, con efectos de cielo controlados por computadora que trazan, arriba en la bóveda de los techos, un ciclo que va desde un amanecer de dedos rosados hasta un anochecer púrpura, y donde hay un pastiche de estatuas romanas–, allí encontrarán a Mickey Mouse y al Pato Donald muy engalanados en su atuendo romano. Celebran un banquete debajo de una inscripción que lee "The Ides of March" ( Los Idos de Marzo). La fiesta recuerda a una Última Cena. Ahora nos preguntamos, ¿por qué celebrarían –como lo sugiere la pintura– con tal entusiasmo Mickey y Donald, justo cuando está a punto de ser asesinado Julio César? ¿Puede ser ésta la decoración de una tienda para niños?




1998 © Pedro Meyer



¿Es Las Vegas un lugar para niños? Sí y quizás. A pesar de las muchas familias que llegan con sus niños, yo no consideraría a Las Vegas como un lugar adaptado para los niños. A lo más, es un lugar que los tolera, y eso sólo hasta cierto grado. Piensen en el letrero a la entrada de los Casinos Treasure Island o del Mirage, "sólo a los huéspedes del hotel se les permite traer sus hijos sentados en carriolas". Sin embargo, el Mirage gastó millones y millones de dólares para albergar a una familia de delfines y también en crear un pequeño zoológico, supuestamente para el entretenimiento y la "educación" de los menores.




1998 © Pedro Meyer



Disney World es un lugar estrictamente organizado para diversión de los niños; sin embargo, Las Vegas es algo diferente, como escribió Kurt Andersen de la revista Time : "A pesar de todo el entretenimiento de tipo parque de diversiones, Las Vegas sigue siendo el epicentro del id norteamericano, que se centra en las emociones más oscuras del azar, el licor y el sexo. Si ahora es aceptable que la familia completa visite Las Vegas, es porque los valores de Estados Unidos han cambiado, no los de Las Vegas."



1998 © Pedro Meyer



El casino Mirage nos ofrece un atisbo de esas realidades artificiales que cada vez van en aumento y que puede que con el tiempo se transformen en hechos "reales". El vestíbulo del Mirage pretende brindarnos un bosque tropical, no importa que éste sea el desierto, o mejor dicho, está ahí precisamente porque éste es el desierto. Se supone que este "bosque tropical" nos debiera mostrar la importancia que tiene uno de estos bosques para la vida humana, al menos eso es lo que se nos dice en los videos promocionales en el tranvía que nos lleva al casino. ¿Quién quisiera perderse de esas palmeras exquisitas (hechas de plástico) que se convierten en una pasarela para los huéspedes del Casino? El hecho de que todas esas palmeras estén torcidas en la misma dirección no parece preocupar a nadie en particular. Las preciosas bugambilias también son falsas, así como las enormes piedras desde las cuales caen toneladas de agua en cascada para formar un río. Hasta las mariposas son reproducciones mecánicas o electrónicas programadas para aletear sus coloridas alas sin interrupción durante todo el día y la noche. Obviamente no todo ahí es artificial. Es una cuidadosa mezcla de lo real y lo irreal, agua de verdad con piedras de plástico, plantas reales con mariposas de mentiras, turistas verdaderos mezclados con algunos falsos (estos últimos son agentes de seguridad).




1998 © Pedro Meyer



Así como Las Vegas ha corrido a la punta de la arquitectura post-modernista, creo que esta increíble ciudad, que opera a todo vapor las 24 horas del día, puede convertirse con el tiempo en la capital cultural del mundo. Después de todo ya tenemos ahí representaciones de lo que es la vida en París, Venecia, las Islas de los Mares del Sur, Nueva York, el Cairo, Roma, etc., y la lista seguramente crecerá.




1998 © Pedro Meyer



Estoy ansioso de que alguien en el siglo XXI llegue a realizar una ciudad que intente ser una imitación de Las Vegas, se podría realizar por ejemplo una en Japón. Tan sólo hay que imaginar que un gran parte del mundo ya se encuentra reproducida en Las Vegas. Vaya idea, la copia de una copia. Mientras que todo esto ocurra, o no, Las Vegas seguirá siendo un paraíso para los fotógrafos, así como una frontera cultural en donde se pueden explorar las complejidades intelectuales que surgen al preguntarse dónde reside la realidad. Jorge Luis Borges tenía la razón en su Aleph, cuando describía la existencia de un punto mágico donde son visibles todos los sitios desde todos los ángulos.


Diciembre de1998


[Todas las imágenes fueron tomadas con una cámara Kodak Digital Science 260]

 

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