Debo
admitir que estoy algo perplejo por la encuesta que hemos venido realizando
aquí en ZoneZero en relación con las expectativas de
nuestros lectores sobre cuánto tiempo va a pasar para que la
película fotográfica desaparezca. Por una margen considerable
(60%), la gran mayoría de ustedes consideran que la película
fotográfica siempre va a existir. Veamos pues algunos hechos
que indican justamente lo contrario.
Pero
antes de entregarnos a esta tarea, definamos primero algunos de los
términos que estamos usando. Cuando sugiero la idea de que
la película no va a existir por mucho más tiempo, con
esto no quiero decir que va a desaparecer de la faz de la tierra y
que no habrá un solo rollo disponible después de cierta
fecha. No, probablemente se seguirá produciendo película
mientras exista un número suficientemente grande de cámaras
que requieran película para su funcionamiento y todavía
sea rentable su producción. Pero cuando los indicadores del
consumo empiecen a decaer (lo cual ya ha comenzado a registrarse),
estén seguros que la diversidad y las opciones de películas
disponibles empezarán a desaparecer en forma dramática.
Recuerden que aquellos que producen película lo hacen sólo
para obtener ganancias. Si sus incentivos empiezan a decrecer, no
habrá más película. Así de simple.
El segundo
aspecto importante que hay que definir es que no se trata de un problema
cultural, como podría creerse. Aunque hasta este momento hemos
producido bienes culturales con el uso de la película, lo que
decidirá el futuro de la película es estrictamente una
decisión de mercado y de negocios.
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Pedro
Meyer © 1971 Festival de Avándaro, México
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Si tal
es el caso, tenemos que dirigir la mirada al lugar correcto para evaluar
el futuro de la película. Haríamos bien en dejar de
ver estas cuestiones desde la perspectiva romántica y nostálgica
de quien se había habituado a usarla. Algunos ven estos temas
con un fuerte apego emocional. Pero, aun si son amantes de la película,
piénsenlo: si un número suficiente de personas se entrega
a la fotografía digital, como los números parecen indicar,
la película va a dejar de existir. ¿No va de salida
también el VHS, sustituido por el DVDs?
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Pedro
Meyer © 1971 Festival de Avándaro, México
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También
en la industria fílmica hay una tendencia a sustituir la película
por soluciones digitales en la distribución de los materiales
de proyección a las salas de cine, en vez de enviar costosas
latas de película a miles de salas, a lo cual hay que sumar
el costo del transporte, sin tomar en cuenta la logística de
hacer que las películas lleguen al lugar correcto en el momento
correcto, etc. En cuanto algunas empresas de cine empiecen a hacer
la transición a lo digital, las compuertas se abrirán,
ya que en gran medida la tecnología para realizar transmisiones
digitales ya existe. Además, diariamente recibimos noticia
de nuevos largometrajes filmados en su totalidad con cámaras
digitales y nada de película.
La medicina
también está dejando de usar película para rayos
X. Todo esto dejaría al mercado de fotógrafos aficionados
como principal punto de distribución para la película.
Está de más decir que para los fabricantes de película,
el consumo profesional mundial en su conjunto es realmente trivial
comparado con el de los aficionados. Ya han podido ver cómo
las fotografías para documentos de identificación han
sido remplazadas por soluciones Polaroid que a su vez serán
sustituidas por cámaras digitales e impresoras de inyección
de tinta. Para las fotografías de los anuarios escolares, una
industria considerable en todo el mundo, se están adoptando
también soluciones digitales. Además, todos los principales
periódicos del mundo están ingresando al mundo digital.
El año
pasado se vendieron por primera vez más cámaras digitales
que analógicas. El terreno habitual de las cámaras de
película, la fotografía fija, ha sido ahora también
invadido por las cámaras digitales de video, que pueden también
funcionar como cámaras de foto fija a la vez que permiten tomar
video.
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Pedro
Meyer © 1971 Festival de Avándaro, México
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La tecnología
que sustituirá a la película está avanzando a
un paso acelerado, a tal grado que nuevas cámaras digitales
están saliendo al mercado más rápido de lo que
nos tardamos en leer los manuales para usarlas. No hay fabricante
de cámaras tradicionales que no tenga un pie metido en las
aguas del río de las cámaras digitales que están
apareciendo por doquier. Al parecer, la industria fotográfica
ya no está definida hoy en día por los antiguos fabricantes
de cámaras de película. Ahora, nuevos nombres como Sony,
Hewlett-Packard o Epson, por nombrar sólo unos cuantos, están
fabricando cámaras.
¿Quien
hubiera pensado que el valor de mercado (el número total de
acciones de una empresa multiplicado por el valor de mercado de esas
acciones en un momento dado) de ese venerable bastión productor
de película conocido como KODAK, llegaría a ser menor
al de Apple Computer Inc.? Con estos números, el mercado nos
está diciendo que el futuro de Kodak es mucho menos prometedor
que el de Apple. Históricamente, el líder de una era
no es quien dirige el ataque en la siguiente era. Hasta este momento,
Kodak ha avanzado torpemente de una solución digital a otra,
ya que realmente no han querido abrazar con mucho entusiasmo un futuro
que acabaría con sus anteriores productos exitosos. Se podría
sentir empatía y comprensión por su situación,
pero la competencia es feroz y despiadada. Si el asunto quedará
en manos de Kodak, estoy seguro que siempre habría película,
pero no son los únicos que definen esta realidad y, por tanto,
tenemos que ver la imagen de conjunto.
Nos tenemos
que preguntar si dichas proyecciones nos serán de utilidad
o no. Obviamente, los fotógrafos aficionados a la película
no verán en este posible fin de la película algo que
no sea un desastre.
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Pedro
Meyer © 1971 Festival de Avándaro, México
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He estado
trabajando con soluciones digitales por los últimos 15 años
y sólo puedo decir que cada día quedo asombrado por
el potencial y el sinfín de posibilidades que se le presentan
a quien ha dado el salto al mundo de la producción digital.
La última vez que usé mi cuarto oscuro fue hace 12 años
y desde entonces no me he arrepentido ni un sólo día.
Hace
poco me contactó una universidad que esta reorganizando sus
instalaciones para enseñar fotografía a 400 estudiantes.
Querían saber cuál era la mejor manera de organizar
sus cuartos oscuros. Me les quedé mirando y les pregunté
para quién iban a trabajar estos estudiantes cuando se graduaran
de la universidad en cuatro años. Porque quiero que sepan que
el número de lugares en donde puedan trabajar después
de que se gradúen y que todavía utilicen métodos
tradicionales de producción, va a desparecer lentamente. ¿Cómo
tener la conciencia tranquila cuando se les está capacitando
para usar tecnologías que ya no van a estar en uso?, fue la
pregunta que les hice. Entendieron el mensaje y probablemente comenzarán
a usar tecnologías digitales porque necesitan capacitar a las
personas para el futuro y no para le pasado. Piensen en el mundo de
la publicidad, la industria editorial, la prensa, los noticieros,
todos están adoptando soluciones digitales.
Entonces,
¿cuánto tiempo más va a existir la película
fotográfica? No creo que por mucho tiempo. Si se piensa en
la nueva tecnología FOVEON que acaba de salir al mercado con
chips que ofrecen una resolución más alta que la de
la película y lo hacen a un precio casi accesibles para el
mercado de consumidores. Hasta Kodak está esperando para introducirla
en su nueva línea de cámaras.
Así
que hágase un favor, si no es que ya lo ha hecho, y comience
a experimentar con cámaras digitales.
No se
preocupe si es el momento justo o si es mejor esperar a que salga
una cámara mejor. Tenga la certeza de que el momento en que
compra cualquier cámara digital, ésta ya es obsoleta;
no nos podemos adelantar a este juego. Lo que sí podemos hacer
es avanzar en nuestro propio juego y aprender tan rápido como
podamos todo lo que estas nuevas tecnologías nos ofrecen. Hay
mucho que ganar en este proceso.
Acabo
de imprimir algunas imágenes que tomé en el primer festival
de rock estilo Woodstock realizado aquí en México hace
31 años (las imágenes de este editorial pertenecen a
este conjunto de cerca de 50 fotografías). Este trabajo nunca
ha sido visto, porque cuando tomé las fotos sólo me
alcanzaba para comprar película al mayoreo. Desgraciadamente
el proceso de enrollar la película en el magazine rayaba la
película. Tenía algunas imágenes interesantes,
pero no podía imprimirlas a partir de los negativos a causa
de esas feas líneas oscuras que corrían a lo largo de
toda la imagen. Además, algunos de los negativos estaban sobreexpuestos
o subexpuestos (en aquel entonces trabajábamos sin exposímetros
automáticos). Eran inutilizables, como dije, hasta el día
de hoy en que la tecnología digital ha hecho que ninguno de
estos problemas importen y pude rescatar toda la obra.
Comparta
con nosotros su punto de vista. Estoy seguro que puede contribuir
mucho a este debate.
Pedro
Meyer
Ciudad de México
Febrero 2002
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Pedro
Meyer © 1971 Festival de Avándaro, México
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