Nicolas Rombes nos recuerda que “ahora,
lo real se ha convertido en la nueva vanguardia”.
La ironía consiste en que las tecnologías digitales
son utilizadas para producir cada vez mejores efectos especiales
y fantasías, pero existe una tendencia alternativa en la
que las cámaras digitales no son usadas para transformar
la realidad con un efecto especial, sino para describir el mundo
con un mayor realismo.
En cierto sentido, como señala el señor Rombes, la
nueva estética -proyectada en películas recientes
como Ten”
(Abbas Kiarostami ,2002), “Tape”
(Richard Linklater, 2001) y“Time
Code” (Mike Figgis, 2000), “Russian
Ark” (Aleksandr Sokurov, 2002) - se basa en una especie
de formalismo extremo (la toma larga, el cuadro dividido, etc.)
para recordarnos que la realidad es la más grande de todas
las formas de experimentación.
“Russian Ark” es una elaborada toma de 96 minutos de
duración a lo largo del museo del Hermitage (solo posible
mediante el uso de cámaras digitales, puesto que ninguna
cámara de película puede correr por tanto tiempo sin
tener que cambiar el rollo). ”Time Code” es una serie
de cuatro tomas largas de 97 minutos proyectadas simultáneamente
en cuatro cuadrantes. “Ten” fue grabada íntegramente
(sin que el director estuviera presente) por cámaras digitales
montadas en automóviles circulando por las calles de Teherán.
“Tape” tiene lugar enteramente dentro de una habitación
de hotel. En algún sentido, el efecto
especial que une a estos filmes digitales es la realidad misma,
son consideradas experimentales o vanguardistas simplemente
por que no tienen los constantes cortes, vertiginosas tomas, cuadros
congelados y estética de imágenes generadas por computadora
que definen las formas de los medios de la cultura de masas que
van de los comerciales de televisión y videos musicales a
los juegos de video, programas televisivos y películas comerciales”.
Al estar viendo la trilogía del Señor de los Anillos,
Julio, mi hijo de nueve años, se acercó a preguntarme
si toda esa gente marchando era real, en una escena en que se veían
desfilar miles de guerreros. Hace unos veinte años nos hubiera
asombrado saber que efectivamente eran efectos especiales. Hoy en
día nos asombraría saber que semejante multitud fuera
de hecho, real. Hoy en día, la realidad es lo que asombra.
Puesto que estuve viajando por el mundo en los pasados meses, lo
que me asombró es la universalidad de la tendencia de ver
al mundo con ojos de lo que se tiene entendido como tecnólogas
digitales, pero éstas entendidas como efectos especiales
y no como posibilidades de ver el mundo real de nuevas maneras.
Vivimos en un mundo cada vez más ficticio.
Por una parte, los políticos de todas las tendencias en todo
el mundo utilizan las más ridículas manipulaciones
de la realidad con palabras e imágenes (las llamadas “operaciones
de foto”), por otra tenemos al conglomerado de los medios
periodísticos a nivel mundial, tanto escritos como televisivos,
que contribuyen en gran manera a crear una realidad ficticia, al
punto de que los eventos noticiosos son tan deliberadamente distorsionados
o dramatizados que uno tiene dificultad para distinguir lo que es
real.
No obstante, al igual que en el cine, las tecnologías digitales
llegan al rescate, llevando nuevas formas al medio, encontramos
que en la foto fija algo similar comienza a surgir.
Los fotógrafos que ya no se ven en
la necesidad de satisfacer las demandas de los conglomerados periodísticos
y sus dictados sobre lo que puede ser o no presentado al público
están hallando nuevos espacios para mostrar sus trabajo.
En este sentido, la Internet ha permitido la eliminación
de muchos de estos filtros, por lo que podemos acercar la información
a los hechos mucho más de lo antes era posible.
*
* *
Fin
de una era © Pedro Meyer, 2004
A
propósito de realidad, después de una década
de no entrar al cuarto oscuro para hacer una impresión, finalmente
decidí empacar todo mi equipo y guardarlo para que mis bisnietos
vean los extraños artefactos que alguna vez se usaron para
hacer fotografías.
Aunque de ningún modo soy nostálgico, debo decir que
empacar todos esos objetos no fue tan fácil, después
de todo, tuve muchas de esas cosas durante décadas. Aunque
si me preguntan si me arrepiento de haberme desecho de todos esos
objetos, debo decir que ni por un segundo. Estoy totalmente complacido
de vivir y moverme en la era digital por siempre jamás. Durante
la pasada década no estuve tentado una sola vez a regresar
al cuarto oscuro. Sencillamente, es demasiado divertido poder estar
en el “cuarto luminoso”.
Al estar colocando mis objetos en la bodega, también guardé
todos esos sobres de papel fotográfico. Entre esos nombres
apareció el de Ilford. En un peculiar giro de las circunstancias
esta misma semana se anunció que Ilford sería adquirida
por sus empleados para tratar de salvar a la compañía
de la ruina. Hasselblad tuvo que pasar por un proceso similar de
reestructuración al tener su propia crisis financiera hace
poco. Polaroid fue subastada hace algún tiempo y Kodak, el
alguna vez nombre dominante de la fotografía en el mundo
entero, tiene un valor en el mercado que es solo una fracción
del de Apple, una compañía que ni siquiera existía
en sus días de gloria.
Ahora llegan noticias de que Leitz GMBH, el fabricante de las cámaras
Leica, se hunde debido a que las estrategias para entrar al mercado
digital han sido un fracaso tras otro, y los bancos han cortado
sus líneas de crédito después de que Leitz
perdió la mitad de su capital de trabajo el año pasado.
A pesar de la acumulación de la evidencia
de que no hay un camino de regreso y de que la fotografía
analógica no es mas que un periodo dentro de la historia
de la fotografía, y de que solamente vamos hacia una dirección,
que es la digital, se preguntarán cómo es posible
que al ver los tropiezos de los incondicionales de la fotografía
digital, alguien pueda siquiera dudar sobre la dirección
a la que se dirige la fotografía. Y aunque usted no
lo crea, eso es lo que sigue ocurriendo. Estoy seguro de que la
ironía no escapará su atención y que los que
menos creen lo que está sucediendo, se colocan justo en medio
del “realismo fotográfico”. Hoy en día,
la realidad es lo que más asombra.
Pedro Meyer
Coyoacan, Ciudad de Mexico
Marzo, 2005
Como siempre, por favor pongan sus comentarios en nuestros foros.
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