Marcela

Por un instante, me pareció haber visto el fantasma de Frida Kahlo. Ella nunca había oído hablar de Frida; es una mujer humilde que trabaja de mesera en un restaurante italiano. Le pedí una cita para una sesión de fotos y con gusto me la concedió. Como estudio, escogí un edificio en ruinas en la ciudad.

Personas tan llenas de vida y con tantas ganas de interactuar con la cámara son pocas. Su fantasía se mezclaba con la mía; después de instruirla para que posara donde colocaba "mi luz", su talento se desenvolvía frente a la camera con naturalidad y sin pena alguna. Los niños pueden tener este tipo de entusiasmo, pero es más raro encontrarlo en adultos.

Una actriz nata que algún día me encantaría filmar. Su voz es inesperadamente profunda.