por Georges Dayan  

Valentina regresa a su casa en Chernobyl y la encuentra totalmente desvastada, incluídos los pisos. Los muebles y los pisos contaminados son vendidos en el mercado de pulgas de las Repúblicas.

Valentina con su marido Evgueniev, quien es técnico y sigue trabajando en la estacion, y su nieta María. Ellos ahora están viviendo en Ivankiv, en un pequeño departamento. Evgueniev sufre de irritación en los ojos debido a la radiación. María está enferma de la tiroides por vivir y comer todos los días productos procedentes de la zona contaminada. No cuentan con el dinero suficiente para curarla.