MI ROCÍO cuando me mires, ten presente que soy producto de un tiempo largo, que aquí hubo hace poco, en que agobiaba tanto la tiranía de aquel profundo estreñimiento de sexo, religión y poderío de uniformes, donde todo era vigilancia y orden, en el más perseguidor de los sentidos, envuelto además en la sagrada obligación de saludar, brazo en alto a las banderas |