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La
Templanza representa la eterna repetición, el juego continuo
entre las energías espirituales y las materiales, el equilibrio
entre los pares complementarios. Alude a la adaptación a una nueva
actividad y, por lo tanto, es conciliadora y reparadora. ¿Estás
tú consciente de que en ti viven los opuestos; eres capaz de conjuntarlos? |