EROS EN EL ESPACIO VIRTUAL

por Víctor Flores Olea


Los avances técnicos han determinado frecuentemente en la historia el vuelco de las formas de expresión plástica y artística. Por ejemplo, el descubrimiento de las técnicas del fresco revolucionaron la pintura en el Renacimiento. Otro tanto ocurrió cuando se encontraron los procedimientos para fijar imágenes sobre papel, o cuando se halló que las imágenes podían tener movimiento en secuencias de la cinta cinematográfica. Desde entonces la fotografía y el cine han acreditado sin duda su condición de arte.

Así ocurre ya con las computadoras: estas no únicamente sirven para el almacenamiento de datos y para llevar a cabo complicadas operaciones matemáticas, o para organizar los millones de señales que requiere la comunicación moderna, sino que constituyen una nueva herramienta para crear arte.

Debe reconocerse que, hasta hoy, las imágenes de computadora han servido sobre todo para fines publicitarios. Me parece entonces que 'más allá de la calidad de esas imágenes' debe subrayarse el valor de la computadora como instrumento de creación artística, e irse definiendo el signo distintivo de su lenguaje, su singularidad. Ese lenguaje, a mi entender, debe distinguirse claramente de otros lenguajes, por ejemplo, del propio de la fotografía, o del grabado, o de la serigrafía y, por supuesto, del lápiz y el pincel. Las computadoras han de crear imágenes nuevas, que no sea posible producir a través de otros medios, sino que sean exclusivas, propias de este poderosísimo instrumento.

Por supuesto que el trabajo artístico tiene que ver con el juego y la exploración. Así llegué de la fotografía al intento de crear imágenes por computadora; imágenes que tuvieran su propia personalidad y que se alejaran de las imágenes fotográficas. Este trabajo lúdico de pruebas y contrapruebas, de ensayos exitosos y errores, me hizo ver que podían crearse imágenes originales, en el sentido de que no podían construirse a través de otro medio. ¿Su valor? Sólo el tiempo lo dirá. El hecho es que hoy vivimos, en este campo, un tiempo sobre todo de exploración, más de preguntas que de respuestas.

Por supuesto, el desarrollo de este nuevo arte sólo resultará del esfuerzo combinado de muchos artistas. Lo importante ahora es el estímulo y la curiosidad, y someter al juicio de los demás, al ojo y a la sensibilidad de los otros, el resultado de nuestros ensayos. A la serie que elaboramos, formada por alrededor de sesenta imágenes, la hemos llamado EROS EN EL ESPACIO VIRTUAL. Ahora presentamos a ustedes algunas imágenes de esta serie, que desearíamos fuera comentada por quienes las encuentren en la Red. En todo caso, podemos asegurarles que la exploración que estuvo en el origen de este trabajo resultó siempre fascinante y muchas veces su resultado sorprendente.


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