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© Pedro Ruiz
7-11 Abril, 2002 © Pedro Ruiz

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Al recorrer la historia de la fotografía, sus orígenes en Venezuela, su relación con la prensa y el posterior desarrollo del lenguaje fotográfico desde el reportaje, nos damos cuenta que la relación entre fotografía y periodismo ha sido muy estrecha desde hace más de un siglo. Pero esa relación no ha restringido el desarrollo de ninguna de las dos especialidades. Si vamos a los orígenes, la prensa se nutrió del trabajo de los fotógrafos, sin que estos se plantearan que su trabajo estaba subordinado a los intereses de las publicaciones.

En esos inicios el fotógrafo era independiente económicamente del medio en el que publicaba. Obtenía su sustento del trabajo que hacía en su estudio. La confusión aparece cuando el fotógrafo empieza a vivir del dinero que le entrega la publicación. El desarrollo del periodismo industrial arrastró consigo al fotógrafo y lo incorporó al equipo del periódico, lo que restringió severamente su libertad creativa. Sin embargo, a medida que el tiempo ha ido pasando esa libertad se ha ido recobrando poco a poco.

Por ello no creemos que el reportero gráfico sea un periodista, aunque deba manejar conceptos periodísticos. Ese manejo es parte de su condición de fotógrafo especializado en la captación de hechos noticiosos. Tampoco creemos que sea una buena idea llamarlo reportero gráfico. El término reportero gráfico ha sido parte fundamental de la etiqueta peyorativa que han debido soportar estos profesionales. Un término que los relegó al limbo de las profesiones, al margen del periodismo y de la fotografía, por el cual, aunque se les permitió estar cerca de las dos, no recibieron el respeto de ninguna.

Creemos ahora más que antes que el reportero gráfico es ante todo un fotógrafo. Su trabajo es la producción de fotografías y lo lleva adelante a veces con total autonomía expresiva. Como especialista de la cámara ese trabajo se sustenta en el poder de la imagen y parte de ese poder radica en la credibilidad de la fotografía, la cual surge de la certidumbre generalizada de que la cámara no puede mentir. Explotar esa credibilidad con fines periodísticos es la especialidad de este fotógrafo, que entiende esa misión no como un simple razonamiento sino como la conjunción entre técnica, emoción y razón. Dicho en otras palabras, para él “están en un mismo plano la cabeza, el ojo y el corazón” como dijo Cartier-Bresson.

Ese fotógrafo especializado, al que definitivamente llamaremos fotógrafo periodístico, trabaja generalmente por encargo, con una materia prima infinita y a la vez precisa: lo noticioso, y circunscrito a una dinámica temporal que varía según la periodicidad del medio al que se debe. Así como el fotógrafo publicitario debe conocer el producto que fotografía y estar al tanto de las tendencias estéticas en boga, el fotógrafo periodístico debe conocer los hechos y personajes que fotografía, dominar la técnica y estar al día en el uso del lenguaje fotográfico aplicado a lo noticioso para que su trabajo sea más efectivo. Aunque a veces su misión sólo consista en lograr un registro sin mayor valor estético. Por su especialidad, sintetizar un acontecimiento o una situación en una fotografía será el mayor logro que pueda alcanzar.

Por eso Robert Capa, Henri Cartier-Bresson y José Sardá, por nombrar uno venezolano, están en el mismo nivel. Tomaron fotografías y lograron sintetizar acontecimientos y situaciones en esas imágenes. Si esas fotografías fueron sobre hechos noticiosos y por lo tanto ocuparon espacios en la prensa, no por ello dejaron de ser dignas de exhibirse y compilarse. Porque una buena foto es una buena foto y punto. Y un buen fotógrafo es un buen fotógrafo en la calle, en la casa y en el estudio. Algunas buenas fotos periodísticas perderán parte de su valor al ser sacadas del contexto informativo que las generó, pero conservarán su trascendencia por su condición de documento irrepetible, común denominador de todas las especialidades de la fotografía.


BIBLIOGRAFÍA:

  • Bastenier, Miguel Ángel: "El blanco móvil, (Curso de periodismo)", España, Ediciones El País, Grupo Santillana Editores, S.A, 2001, pp. 260
  • Randall, David: "El periodista universal". España, Siglo Veintiuno Editores, 1999, pp. 266

OTRAS FUENTES:

  • Recopilación 1989
    "El estallido de Febrero. Un país más cierto y más dramático". Ediciones Centauro. pp. 134.

DIARIOS:

  • Pulido, José- 1992.
    "Con Luigi Scotto muere un poco el amor fotográfico: Viajó por el mundo con sus cámaras, buscando almas retratables". pág. 8, Ciudad- El Diario de Caracas, viernes 16 de octubre de 1992.

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