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Digital Corner 
 

La EPSON 3000Z contra la CoolPix 990 de NIKON
por Pedro Meyer

agosto del 2000

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EPSON 3000Z     CoolPix 990

Si usted es como yo, entonces entenderá que lo primero que hago cuando recibo una cámara es comenzar a usarla en vez de leer los manuales que vienen en la caja. Claro está que eventualmente uno llega a leerlos (los manuales), pero lo primero que siempre hago es familiarizarme con el equipo; de otro modo los manuales tendrían aún menos sentido del que suelen tener.

Ya que estamos hablando de manuales, una comparación rápida entre los manuales de las dos cámaras resulta muy sencilla. En EPSON deben de haber contratado a escritores y profesionales de la comunicación para hacer su manual; NIKON debe haberle pedido al personal de su departamento de servicio que escribiera y diseñara el suyo. El manual de EPSON me hace sentir que están de mi lado, el de NIKON da la impresión de que quieren que me quite de su camino tan rápido como sea posible.

La mayoría de las reseñas sobre equipo son en general una repetición mecánica de las especificaciones que el fabricante coloca en sus boletines de prensa. Si se llegan a hacer algunas pruebas, sus resultados son reportados a los lectores con el afán de ser objetivos y por tanto se comunica muy poco a un nivel interesante. Debido a que no veo a mi equipo como un instrumento científico, sino más bien como un dispositivo totalmente subjetivo con el cual vivo, me veo forzado a hacer esta reseña siguiendo líneas semejantes de experiencia.

Si lo que usted espera es una evaluación objetiva, sería mejor que no continuara leyendo. Por otra parte, si lo que busca son algunas respuestas a preguntas personales como "¿Debo comprar ésta o aquella cámara?", entonces quizá le convenga seguir leyendo.

He sido dueño de varias generaciones de cámaras digitales distintas y, por tanto, tengo una idea clara de hacia donde se está desarrollando esta tecnología. Además, como utilizo este tipo de cámaras en mi trabajo, evaluarlas significa más que enlistar un gran número de especificaciones de la cámara que se está reseñando. En resumen, seguramente soy como usted, me inclino menos a leer sobre cuestiones técnicas y más a leer sobre las experiencias prácticas de alguien que realmente utiliza estas cosas.

Cuando abrí la caja de la EPSON 3000Z, lo primero que me encontré no fue la cámara en sí sino las baterías y el cargador que vienen junto con un paquete de baterías NiCad. Mire usted, otras compañías (NIKON, por ejemplo) lo forzan a comprar todas estas partes por separado, ni siquiera les preocupa ofrecer algún tipo de solución equivalente. Solamente meten en la caja un juego estándar de baterías alcalinas AA, dejándole a usted la tarea de averiguar que existen soluciones más eficientes. Recuerdo que cuando compré mi primera cámara NIKON CoolPix, me tomó semanas comprender su funcionamiento y desperdicié mucho dinero en baterías AA de corta vida, hasta que comprendí que las baterías recargables NiCad eran la solución para este tipo de cámaras digitales; encontrar un cargador adecuado no fue tampoco una tarea fácil. Por lo tanto, cuando encontré que EPSON había hecho en verdad un esfuerzo por solucionar este problema incluyendo desde el comienzo el cargador y las baterías, ya tenía yo una sonrisa en los labios.

Lo siguiente que encontré fue la correa para el cuello. Ya para entonces había sacado la cámara de la caja y estaba contemplando cómo poner la correa en los anillos que están a un lado de la cámara. Para mi gran sorpresa, me encontré con que EPSON se tomó la molestia de proveer unos sujetadores con tornillos para poder cerrar el sujetador una vez que la correa entrara dentro de la argolla. Pero, ¿qué tiene todo esto que ver con la fotografía?, se estará usted preguntando. Le contestaré: tiene que ver con la manera en que el fabricante aborda los pequeños detalles del equipo que le están vendiendo. Me fijo de modo especial en esas pistas para entender cómo está hecho el producto, ya que me pueden decir mucho sobre los elementos que están ocultos dentro de la cámara. EPSON no me decepcionó. Esta cámara es en verdad el resultado de haber hecho muy bien la tarea. Mire, la gente de EPSON incluyó con la cámara hasta un adaptador para lentes o filtros adicionales (cosa que no se incluye con la CoolPix 990) y una tapa para lente que viene con un gracioso mensaje en la pantalla de su cámara recordándole a uno de quitar la tapa en caso de ser lo suficientemente estupido como para haberla dejado puesta (lo que sucede con más frecuencia de lo que estoy dispuesto a admitir). No hay nada equivalente en la CoolPix.

La persona que estuvo a cargo de solucionar el interfaz de esta cámara no pudo haber diseñado un conjunto más lógico de íconos y una colocación más adecuada de los botones. Ya sea que él o ella piensa en las mismas líneas que yo, ya que encontré que todo estaba dispuesto de una manera bastante obvia, o que de hecho mi experiencia no es una experiencia aislada y que mucha gente coincidirá en que su colocación y su sistema de íconos son tan simples y evidentes que leer el manual sólo se nos ocurre cuando se nos ha escapado algún nivel secundario de control. Encontré que simplemente todo estaba donde tenía que estar, algo muy distinto a mi experiencia con la CoolPix 990. En un viaje reciente, tuve que llevar conmigo el manual porque lo tenía que consultar constantemente para acordarme de algunos detalles que no podía encontrar en la cámara o que no recordaba.

Al igual que la CoolPix 990 (la cual hasta este momento consideraba como el mejor modelo de su tipo), la EPSON 3000Z tiene todas las opciones para tomar fotografías con varios niveles de calidad de imagen. Desde Básico hasta Alto...y cada uno con varios niveles de compresión. Por lo que no sólo debe ser considerado como factor el tamaño del archivo (el ancho y el largo en pixeles), sino también qué tan comprimido va a llegar al disco (y por tanto la pérdida de pixeles). Lo que más me sorprendió fue la rapidez con la que la 3000Z me permitía tomar fotos y después estar lista para la siguiente foto, en contraste notable con mi experiencia trabajando con la CoolPix 990, la cual hasta en el nivel más bajo de calidad no logra ser instantánea.

Es cierto que al nivel más alto de calidad de imagen la velocidad baja a unos 32 segundos entre tomas, pero la NIKON me parece aún más lenta. La principal queja que tengo contra la CoolPix es el desesperante tiempo de espera entre tomas a todos los niveles de calidad. Bien sé que se puede poner esta cámara en modo continuo, pero esto significa que tengo que poner mi dedo en el obturador y tomar una serie de fotos que no necesariamente quiero y que ocupan el espacio limitado del disco de memoria.

Me gustaría poder tomar una sola foto cuando yo quiero y no en el momento en que la operación interna de la cámara me lo permita. Sin embargo, ambas cámaras no funcionan del mejor modo al nivel más alto de calidad (la NIKON D1, que cuesta $4000.00 dólares, sin incluir los lentes, sí permite tomar una serie de fotografías separadas al nivel más alto sin interrupciones). Parto del supuesto de que yo como fotógrafo tengo que ser quien está en control y no el equipo que estoy usando. Por lo tanto, las dos cámaras tienen sus limitaciones (la CoolPix 900 y la 3000Z), siendo la CoolPix 990 la que sale menos bien parada de esta comparación.

Una de las cosas más agradables de la CoolPix 990 es su pantalla giratoria que me permite captar varios ángulos interesantes, autorretratos por ejemplo (sobre esto ya he escrito en otra parte), cosa que no se puede hacer con la 3000Z debido a su arquitectura más basada en el estilo tradicional de las cámaras que utilizan película. No obstante, la 3000Z tiene algunas características muy útiles que no tiene la CoolPix 990, por ejemplo, uno puede encontrar una zapata para un flash adicional externo y, lo que es inusual en cámaras de foto fija, se tiene la posibilidad de grabar audio, ambos elementos que definitivamente faltan a la segunda cámara.

Los programas que viene con la EPSON 3000Z son bastante impresionantes. Especialmente si uno está usando una Mac. Todas las funciones para los usuarios de Windows son las mismas para los seguidores de la Mac. Lo que resulta inconcebible es que los programas que NIKON vende por separado, a un precio de $600 dólares la copia, no son tan buenos ni están tan bien pulidos como los programas que viene con la EPSON 3000Z de manera gratuita. En NIKON deberían de sentirse avergonzados por proveer programas de tercera categoría con su cámara profesional, aun si fuera gratis, pero es todavía peor que lo cobren a ese precio escandaloso cuando la competencia está incluyendo programas tan buenos como parte de la cámara que uno compra.

Dejo al final uno de los aspectos más importantes de las cámaras: la toma de las fotografías en sí. En los folletos y los manuales que vienen con la EPSON 3000Z uno puede leer que se puede hacer una buena impresión a 12 x 17 pulgadas con un archivo de imagen al nivel más alto de calidad. Pues bien, tomé unos retratos al "nivel alto" de calidad, ni siquiera al "nivel más alto", y las amplié al asombroso tamaño de 36 pulgadas de ancho por 25 pulgadas de alto. Todas las personas que han pasado por el estudio y visto estas fotografías quedaron convencidas de que esas imágenes, impresas con una impresora EPSON 9000, habían sido originalmente tomadas con una cámara con película y que después habían sido digitalizados los negativos. Nadie creía que el origen de esas imágenes era digital y menos aún que provenían de la pequeña 3000Z. Ninguna de las otras cámaras, ni siquiera la NIKON D1 ni la CoolPix 990, me han aportado imágenes que puedan soportar ese nivel de ampliación sin que se pixelearan seriamente de manera evidente. Lo que más cuenta para mí son las pruebas empíricas; estas imágenes obtuvieron calificaciones altas de parte de una audiencia de ojos profesionales que estaba siendo muy crítica. ¿Necesito decir más?

La nueva EPSON 3000Z es un instrumento extraordinario para hacer fotografías digitales serias. Su tamaño pequeño y su peso ligero la hacen parecer engañosamente modesta en relación a lo que puede lograr. En definitiva, no es una cámara para aquellos fotógrafos que quieran presumir su equipo, esta cámara parece casi un juguete. El tamaño pequeño y su cuerpo muy ligero (aún con las baterías puestas) son ciertamente de gran utilidad cuando uno viaja mucho y va a lugares distantes, pero no si uno quiere presumirle a alguien el equipo que posee. Sin embargo, si lo que quiere es presumir las imágenes que se pueden tomar con esta pequeña cámara, entonces seguramente tendrá una experiencia agradable.

Por otro lado, la CoolPix 990 es ligeramente más pesada y un poco más grande. La única ventaja que encuentro que tiene sobre el modelo de la 3000Z es, como dije antes, la pantalla giratoria que permite realizar tomas muy creativas. Sin embargo, dudo que esto sea razón suficiente como para convencerme a no dejar atrás la cámara en mi próximo viaje. Como ahora tengo ambas cámaras, mi preferencia subjetiva es utilizar de manera selectiva a la CoolPix 990 cuando se necesita una diversidad de ángulos y usar la 3000Z para todo lo demás.

Hasta este momento, pensaba que la CoolPix 990 dominaría completamente sobre las otras cámaras en su rango de precios, pero ahora con la EPSON 3000Z al alcance de la mano las cosas han cambiado y parece que tenemos una nueva ganadora.

En este mercado tan competitivo de las cámaras digitales, el ciclo vital de los productos es cada vez más corto y lo que hoy es verdad de seguro no lo será por mucho tiempo. NIKON y EPSON tienen una larga tradición bien establecida de ser fabricantes muy competitivos y talentosos, por lo que el ganador de hoy no lo será necesariamente por mucho tiempo. Tenemos que estar atentos a cómo se desarrolla este campo. Quién sabe qué suceda de aquí a seis o doce meses. No olvidemos tampoco que hay muchos otros competidores en el mercado y quizá alguno de ellos nos dé una sorpresa más adelante. Sin embargo, por ahora, mi voto es por la EPSON 3000Z.

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