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Adiós: David Moore
Fotógrafo Australiano
1927 - Enero 23, 2003

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Viviana Ancarola

David Moore a bordo del James Craig, en la bahía de Blackwattle, en Sydney,
durante el lanzamiento de su libro To Build a Bridge (Construir un puente).
Fotografía de John Swainston

Reseña crítica de John Swainston, Director de Maxwell.

 

En Australia han existido pocos fotógrafos que hayan contribuido tanto al crecimiento y desarrollo del arte de la fotografía como David Moore, quien falleció la tarde del 23 de enero. Sucedió sólo dos días antes de la inauguración de su mayor exposición retrospectiva The Spread of Time en la National Gallery of Australia.

El legado de su trabajo prevalecerá durante los años venideros. David Moore dejó más de una docena de libros, más de cincuenta años de trabajo profesional y las instituciones de las que fue cofundador (Australian Centre of Photography / Centro Australiano de Fotografía, 1974) o en las que trabajó (Instituto de Fotografía Profesional de Australia / Australian Insitute of Professional Photography – AIPP).

David Moore nació en Sydney en 1927. En 1938, cuando tenía once años, le regalaron una cámara de cajón Coronet. De alguna manera, podría decirse que pasó los siguientes sesenta y cinco años ocupado en un viaje de descubrimiento del arte de la fotografía y el registro documental que no ha sido igualado por ningún fotógrafo contemporáneo. Moore pasó un periodo corto en la Marina Australiana, al final de la Segunda Guerra Mundial, antes de comenzar a estudiar arquitectura. Quizá fueron las disciplinas de exactitud y precisión que aprendió allí, las que marcaron su acercamiento meticuloso al trabajo durante toda su vida. Cualquier proyecto fotográfico con David implicaba asegurarse de obtener el mejor resultado posible, a través de una preparación cuidadosa y una realización detallada. La fuerza de su mirada visionaria, produjo su trabajo excepcional.

Al presentar su perspectiva de la fotografía en la convención de la AIPP en Alice Springs en 1989, durante dos horas relató lo ocurrido con un casi desastroso experimento que realizó en el primer lugar donde trabajaba, el estudio de Russell Roberts. Narró como estuvo a punto de demoler el lugar mientras experimentaba con algunas combinaciones de químicos, ya que consideraba producirían un efecto nuevo e interesante en la impresión de una fotografía. Ambos (el estudio y él) sobrevivieron. (Resulta interesante que cuando dio la misma plática, diez años después en la convención de la Photographic International Educators Association, en Sydney, Moore presentó nuevas reflexiones sobre el mismo suceso, que condujeron a una fresca, nueva y luminosa visión de las influencias contemporáneas en la fotografía).

Después de trabajar con Russell Roberts, Moore trabajó por un tiempo con Max Dupain, desarrollando sus habilidades como fotógrafo comercial. Al mismo tiempo, constantemente regresaba al tema del puerto de Sydney, un interés que mantendría por más de cincuenta años. Algunos de sus ensayos documentales acerca de los muelles y los paisajes de los alrededores del puerto de Sydney, Paddington, Redfern y Alexandria, realizados entre 1947 y 1951 se encuentran entre su trabajos más conocidos e intensos. Durante décadas regresaría a las escenas de sus primeros trabajos documentales y registraría los cambios ocurridos en esos lugares. Como un director de orquesta que regresa a grabar uno de los más grandes clásicos, David infundiría una nueva forma de percibir el flujo del cambio en un paisaje urbano.

Con frecuencia hablaba de la importante influencia que los fotógrafos estadounidenses Walker Evans y Dorothea Lange tenían sobre sus puntos de vista acerca del registro documental a través de la fotografía. Al mismo tiempo era un coleccionista ávido de libros fotográficos, los cuales eran difíciles de conseguir en la Australia de la posguerra. Como resultado de esta afición pudo darse cuenta de que deseaba recorrer el camino del fotoperiodismo y partió hacia Europa en 1951.

En una entrevista para la revista Nikon Light Reading en 1989 (Vol. 4, No. 1), se le preguntó cómo se preparaba para cumplir con una orden de trabajo al cubrir una historia fotográfica. Moore respondió: “Inevitablemente, uno tiene ideas preconcebidas acerca de cualquier tema al que se acerca. Pero es importante no permitir que esas actitudes y sentimientos se impongan a lo que ese tema tiene que decirnos… Particularmente en el fotoperiodismo, puede estudiarse lo que posiblemente sucederá en una situación, pero también se debe ser libre para permitirnos ir por otro camino si las cosas no siguen la línea exacta que pensamos seguirían. Creo que eso es terriblemente importante”.

David Moore comenzó a poner en práctica este punto de vista en el primer trabajo que realizó para la revista Life magazine, la coronación de la Reina Elizabeth II en Londres, en 1953. Su imagen de la multitud jubilosa, tomada desde dentro de esa multitud, mirando hacia un participante entusiasta montado sobre una de las esculturas de Trafalgar Square, lo convirtió en el indicado para realizar otros muchos trabajos. En 1956, utilizó nuevamente su cuidadosa planeación, para colocarse en una posición ventajosa, desde donde lograr una de las imágenes alegóricas más eficaces de esa época. La imagen presenta el auto del Ministro de Relaciones Exteriores soviético Bulganin y del Premier Kruschev, partiendo mientras dos niños espectadores del hecho, apuntan con sus pistolas de juguete, directamente hacia la ventana abierta del vehículo diplomático. Como han cambiado los tiempos.

Después de varios trabajos en los Estados Unidos, Europa y África, Moore regresó a Australia en 1958. Aunque continuó aceptando trabajos de revistas estadounidenses mientras estuvo viviendo en Sydney y se unió a la prestigiosa agencia de fotografía New York Black Star. En el 2000, hubo una extraordinaria reunión de fotógrafos de la Black Star en Sydney, con motivo de la visita de John Loengard, el legendario fotógrafo y editor gráfico de Life Magazine durante las décadas de los 50s y 60s. Moore había obtenido muchos de sus conocimientos observando las preferencias de Loengard y Eugene Smith en el trabajo, durante uno de los últimos periodos en los que las revistas presentaban los hechos noticiosos más impactantes, antes del dominio de la televisión como el medio que da las primicias noticiosas a través de la imagen. Moore siempre lamentó que la era televisiva hubiese conducido a que los editores de medios impresos decidieran alejarse del trabajo documental gráfico.

Quizá una de las contribuciones más importantes y duraderas de Moore a la fotografía australiana fue el trabajo que realizó en los primeros años de la década de los setenta, cuando trabajó con Wes Stacey y otros y que condujo a la creación en Paddington, Sydney, del Australian Centre for Photography (ACP), en 1974. En la propuesta que envió al director de la oficina de artes visuales del gobierno australiano en 1973, propuso la creación de una fundación con los siguientes objetivos:

La fundación para la expresión fotográfica: Un medio de reunir, exhibir, preservar y alentar fotografía significativa, principalmente australiana. La creación de un medio fotográfico que se una a las bellas artes para ayudar a los australianos a alcanzar la auto-definición y el desarrollo. En 1974 el Australian Centre for Photography fue inaugurado por Margaret Whitlam. Fue lógico que fuese el mismo David Moore, quien representara a Margaret Whitlam en la inauguración de la exposición del vigésimo quinto aniversario del ACP. El ACP fue una institución hacia la cual Moore conservó una pasión firme y constante. Hace apenas algunas semanas, en una alegre reunión el pasado noviembre, comentaba con algunos de nosotros, “creo que el ACP va en la dirección correcta y estará muy bien”. En el 2002, el centro impartió clases a casi mil cien estudiantes y presentó nueve exposiciones internacionales.

Moore era un fotógrafo cuyo trabajo fue muy publicado, consideraba que Australia, como una nación joven, tenía un registro fotográfico de su historia casi sin paralelo. Junto a Rodney Hall, comenzó a recopilar, en palabras e imágenes, un proyecto que se convertiría en AUSTRALIA-Image of a Nation (AUSTRALIA- Imagen de una nación), publicado por William Collins, en 1983. Para concluir su prefacio Moore escribió: “Este volumen intenta reconocer y celebrar la mejor fotografía del pasado. Adicionalmente, puede aportar un marco de entendimiento para la identidad de las futuras generaciones de Australia”.

Su trabajo continuó y su estatus de “fotógrafo prestigiado” creció en los años setenta y ochenta. Su libro de dos volúmenes - David Moore - Australian Photographer (publicado por Chapter and Verse, 1988) erigió a Moore como un fotógrafo versátil, ya que en esta obra expuso por primera vez, mucho de su trabajo más abstracto. La presencia del puerto de Sydney disminuyó en este libro, pero sería explorada más adelante en el libro Sydney Harbour (Puerto de Sydney), editado en 1993, el cual incluye un texto escrito por Rodney Hall. La publicación del libro coincidió con una exposición en la Biblioteca Nacional, que contó con el impecable trabajo de curación de Alan Davies, quien incluyó el fascinante panorama de 360º grados de un amanecer en el puerto, fotografía tomada en 1992, que aparece por separado en el libro.

Su preocupación continua por el registro fotográfico documental de la ciudad de Sydney lo condujo hasta los talleres del ferrocarril en Everleigh, en donde realizó un trabajo en colaboración con Caroline Simpson, recién desaparecida y hondamente extrañada. Al igual que Caroline, Moore estaba convencido de que los registros visuales debían documentar el rostro cambiante de su ciudad natal. Moore siempre se preocupó por que la fotografía jugara un papel vital al proporcionar evidencia y registro de los hechos. Concentró su atención en asegurarse detalle a detalle de que el registro fotográfico perdurara. Del mismo modo, cuando se construyó el punte de la isla Glebe (Glebe Island Bridge), empleó su contrato a largo plazo con Baulderstone, constructora del puente, para documentar toda la construcción que culminó en un libro sobresaliente To Build a Bridge (Construir un puente) publicado por Chapter and Verse en 1996.

En 1989, se le otorgó el cargo de consejero honorario del Australian Institute of Professional Photography, mientras que en el 2002 le fue concedido el Doctorado Honorario en Letras por la Universidad de NewSouth Wales. Al tratar de regresar a Sydney, después de a conferencia del AIPP en Uluru, en donde Moore recibió el cargo de consejero honorario, nos vimos imposibilitados para conseguir un avión, justo un día antes de que la aerolínea iniciara una huelga que paralizó el transporte por varias semanas. Un viaje vía Alice Springs y Canberra, prácticamente toma más de doce horas. Pero el tiempo pasó muy rápido porque David compartió con nosotros sus conceptos y puntos de vista sobre la fotografía, mientras nos comprometía en la conversación al pedirnos nuestras opiniones. Ese mismo año tuve el placer de trabajar con él en el Calendario australiano Nikon de 1990, un proyecto que dio como resultado una maravillosa colección de trece imágenes. Su atención a los detalles aseguró la perfección del calendario, que cientos de australianos atesoran hasta nuestros días.

La semana pasada WriteLight Press dio a conocer la primera reimpresión y actualización de su serie Contemporary Photographers: Australia. Fue muy atinado que el editor, Paul Burrows, haya seleccionado a David Moore como el primer fotógrafo del que se ocupará la serie. Saldrá a la venta la próxima semana en las librerías y galerías de prestigio. David fue intuitivo y agregó trabajo abstracto de una nueva dimensión, realizado en 2001, al trabajo que había sido publicado anteriormente. La serie de seis imágenes Moon Writing – camera in motion, 2001, retomó otro tema común a lo largo de su vida. Regresó a sus primeras ideas, siempre haciendo nuevos comentarios a su trabajo de los primeros años.

El domingo 25 de enero será inaugurada en la National Gallery of Australia, la exposición The Spread of Time: The Photography of David Moore (El paso del tiempo: La fotografía de David Moore). Gael Newton, curadora en jefe, seleccionó imágenes de las más de trescientas que posee la colección de la NGA, muchas de las cuales fueron donadas por Moore. Dentro de pocas semanas, David Moore hubiese cumplido setenta y cinco años. Nikon y Maxwell fuimos honrados al poder apoyar, esta maravillosa exposición que estará abierta al público desde el 26 de enero y hasta el 25 de mayo de 2003.

Incluso al final de su vida, David Moore se preocupó por los derechos de los creadores artistas. Recuerdo bien su indignación a mediados de los noventa, cuando descubrió que bajo las leyes de derecho de autor de Australia, el derecho de autor de las fotografías tomadas en Pyrmont, en 1947, había caducado, incluso antes de su muerte. De todas las disciplinas creativas, la vigencia del registro de derecho de autor es de cincuenta años a partir de la fecha de su primera publicación. En Australia, en todas las otras disciplinas creativas: pintura, escritura, música, el derecho de autor sigue vigente hasta cincuenta años después de la muerte del artista. Quizá su muerte pueda ser un catalizador del cambio en este asunto que él siempre consideró como un acto discriminatorio y moralmente incorrecto.

David Moore fue amigo y consejero de tantos de nosotros que compartimos la alegría de descubrir la fotografía. Su pasión, discreción y su determinación, marcaron a todo aquel que se enorgulleció de conocerlo y de ser suficientemente afortunado, como para ser considerado su amigo. Sus tarjetas navideñas eran maravillosos trabajos del ingenio, cada año enviaba una nueva imagen, grabada o dibujada, todas con un mensaje de buenos deseos, escrito con su cuidadosa caligrafía. Para el año 2002, acompañando la imagen de un reno, escribió: “Pronto estaremos de regreso en el paraíso Tassie con el reno. Pásenla bien”.

Donde quiera que te encuentres ahora David, sabemos que rápidamente organizarás el lugar, para asegurar una cobertura documental adecuada de todos los avances en el cielo de la fotografía, de ahora en adelante.

Enviamos nuestras condolencias a la familia y a la pareja de David, Toni McDowell.

Como Martin Jolly escribió hace quince años en el periódico The Sydney Morning Herald:

David Moore: El primer fotógrafo internacional de Australia.

¡Adiós! David Moore, 2003.

John Swainston, 24 de enero de 2003.

Este autor desea expresar su agradecimiento a todos aquellos escritores que le proporcionaron crónicas detalladas acerca de la vida de David. En particular, me he apoyado en las palabras de Sandra Byron en su prólogo al libro: David Moore – Australian Photographer, Vol. 1, publicado por Chapter and Verse, en 1986. Agradezco también a Gael Newton su apoyo constante y el entusiasmo respecto al trabajo de David durante muchas décadas. Finalmente, agradezco a Josef Lebovic y a la Josef Lebovic Gallery, de Sydney, todos sus esfuerzos por mostrar en todo el mundo, el mérito del trabajo de David Moore.


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