Últimamente las cosas no han andado demasiado bien para mi familia. A uno de mis hijos recientemente le diagnosticaron Síndrome de Asperger. Primero, hace dos años, nos enteramos de que padecía Obsessive Compulsive Disorder (OCD, Trastorno Obsesivo Compulsivo). Mi pobre hijo, ha padecido tanto dolor. Apenas empezaba a enfrentarse a su OCD.

En muchas maneras, nada ha cambiado -ahora tenemos un nombre para su problema. Lo que sí ha cambiado ha sido el entendimiento que tenemos del problema de nuestro hijo. Ahora somos más pacientes y entendemos más claramente lo que tenemos que hacer para ayudarlo.

Sus problemas empezaron hace como dos años, cuando primero le empezaron a aflorar las hormonas. Estaba tan aquejado de OCD que estuvo a punto de volverse completamente disfuncional; de un talentoso alumno de diez cerrado a un niño que ya no podía salir de la casa o ir a la escuela. Traía las manos enrojecidas de tanto lavárselas, debido a su miedo a contaminarse. Gracias a Dios, después de dos años de terapia intensiva y mucho trabajo, el OCD está mayormente bajo control.

El Síndrome de Asperger afecta la manera en que mi hijo se relaciona con la gente, particularmente con los de su edad. Es incapaz de procesar la comunicación verbal y no verbal de la forma en que lo hace la mayoría de la gente. Malinterpreta los comentarios de la gente o se comporta de forma inapropiada en ciertas situaciones. Es sólo hace dos años que el síndrome se registró como un trastorno "oficial". Porque es tan diferente, los niños de la escuela lo molestan y se burlan de él. En promedio tengo una entrevista por semana ya sea con un terapeuta, consejero, maestro, o chofer de camión. Mi papel básicamente es el de abogar por mi hijo, para ayudar a la gente a cargo de su educación a que lo entienda mejor, para que puedan enseñarle y acercarse a él de forma más efectiva. Mi esposa y yo tenemos que estar encima de nuestro hijo, ya que con él las cosas pequeñas se agravan bastante rápido.

De muchas maneras, considero que mi hijo está siendo heroico. Los progresos que ha hecho son sorprendentes. Es inspiradora la manera en que ha lidiado con los retos excepcionales que tiene que sobrepasar. Es un niño abusado y cariñoso, decidido a tener éxito. Lo mueve el deseo de representar al perdedor. Sé en mi corazón que tendrá éxito como adulto y que marcará a aquellos con los que conviva.

Puede parecer extraño, pero muchas de las cualidades más sobresalientes de mi hijo han sido moldeadas por los retos a los que se enfrenta. Es brillante, creativo y tiene capacidad de concentración (en aquellas cosas que le interesan). No lo cambiaría por nadie en el mundo ( la mayor parte del tiempo). Mis otros dos hijos se portan muy bien con su hermano. A veces les hace perder la paciencia (a todos nosotros), pero siempre siguen siendo sus mejores amigos.

Sobra decir que debo robarme el tiempo que tengo para mi arte. Me da placer y tranquilidad, es una forma de terapia para mí.