Déjenme presentarles
a tres hombres que me escribieron distintas cartas: Dan Biferie de Florida,
Shahidul Alam de Bangladesh y E.R. Beardsley de California. En estas cartas
encontré comentarios ya sea acerca de un padre, o acerca de sus
hijos, que me dejaron muy conmovido cuando las leí por primera
vez. Sólo podría describir estas cartas como desmitificadoras,
siendo el mito el que los hombres no platican -o se escriben-de asuntos
íntimos con otros hombres. Lo que también me llamó
la atención es que todos los involucrados en estas cartas, ya sea
como protagonistas, autores, o yo, como destinatario, somos figuras masculinas.
Estas cartas son de tres fotógrafos, y llegaron vía el Internet.
Habiéndonos conocido por primera vez a través de medios
electrónicos, con el tiempo estos tres artistas se convirtieron
en mis amigos (aún no se conocen entre sí). Otro cliché
que se ha esclarecido gracias a esta correspondencia, es la idea de que
el correo electrónico no es el medio apropiado para comunicar contenido
que importe.
Siempre he encontrado que las etiquetas de cualquier tipo tienden a distorsionar
las percepciones y la verdadera comprensión de los significados.
La sensibilidad ha sido uno de esos valores secuestrados del mundo masculino,
así como la comprensión que tenemos del uso que se le puede
dar al correo electrónico se ha distorsionado al grado de excluir
la posibilidad de contacto humano. Esperemos que esta correspondencia
les proporcione la evidencia suficiente para que puedan pensar lo contrario
en ambos casos.
Agradezco a los autores por darnos permiso de reproducir estas cartas
y las fotos que las acompañan.
Pedro Meyer
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