Padres e hijos


Subject: Pensando en ti
Sent: 02/13 3:21 AM
Received: 02/13 5:09 AM
From: Shahidul Alam, shahidul@drik.net
To: Pedro Meyer, pedrom@directnet.com




Querido Pedro,


Hace mucho tiempo ya que no te escribo. Aquí las cosas han estado difíciles, y ahora con las elecciones a sólo tres días de distancia, es difícil saber lo que sucederá en los próximos días. Es casi seguro que habrá violencia, pero hasta qué grado y contando cuántas víctimas, uno sólo puede suponer. Me he estado acordando de tí por muy distintas razones.




Mi padre lleva ya tres días enfermo. Siempre ha estado mal, y ya que a los defectos de la médula ósea de su infancia, se suman la diabetes, la gota, la artritis y un corazón débil, él siente que le ha ido bien por haber podido seguir sin mayores contratiempos. Ayer perdió el conocimiento, y se resbaló en el baño y se cayó, haciéndose una cortada en la cabeza. Estaba sudando cuando lo encontré, y mientras le cambiaba la ropa y le enjugaba el cuerpo con una toalla, me di cuenta que se empezaba a establecer una nueva relación entre yo y este hombre que me había engendrado. Estaba frágil, y la piel le colgaba, y se sentía ligeramente incómodo con este nuevo papel en el que nos encontrábamos, pero no se resistió, no porque estuviera tan débil como lo estaba, sino porque era lo suficientemente valiente como para aventurarse en este territorio desconocido a tan avanzada edad. Un territorio que yo jamás había afrontado. Traté de enjugarle el sudor del cuerpo suavemente, sintiendo cómo se recargaba en mí, dejándome que sintiera su peso.






Había jugado con él cuando era niño, pero desde entonces, habíamos tenido pocas oportunidades de tener contacto físico. Me acuerdo una vez, cuando tenía veintiuno, y estaba a punto de irme por unos años, que rígidamente me extendió la mano para despedirse. Me acerqué a él, y su abrazo fue tan cálido. Después, con miles de millas de por medio, le escribí para decirle que lo quería. Era la primera vez que se lo decía, pero con eso rompimos el hielo. Desde entonces nos escribimos seguido, cada vez renovando y expresando el hecho de que nos queríamos, pero aún así había ocurrido poco que le diera seguimiento a aquel abrazo. Cuando me iba de visita, o regresaba, nos abrazábamos, un abrazo suave y delicado, lleno de complicidad, de confianza, pero todavía con una levísima reserva.




 

Ahorita está durmiendo; en la cama del hospital y en el ambiente extraño del pabellón, rodeado de los ruidos de hombres enfermos y moribundos, puedo escuchar su respiración. Aun en su sueño sabe que estoy aquí, y eso es tranquilizante para los dos. Puedo sentir su piel suave y húmeda , el peso de su cuerpo sin fuerza. La manera casi imperceptible como se recargó en mí mientras lo abrazaba. Durante las horas que ha estado despierto hemos hablado muy poco y mucho de lo que nos hemos dicho ha sido por cuestiones prácticas, dicho mientras le daba de comer, asegurándome de que los moscos no le piquen.




Mañana estaré de vuelta en las calles, enfrentándome a las inevitables balas y el gas lacrimógeno de la policía; quizá, en el fragor de la batalla, olvide esta cama de hospital, las líneas ondulantes del osciloscopio, la suave respiración, pero sé que me estará esperando. Y la noche de mañana, como la de hoy, me sentaré junto a su cama, medio dormido, mientras él duerme, feliz de saber que he tocado más que un trozo descubierto de piel.




Me acuerdo de tí ahora, por los pensamientos que corrían confusos en mi cabeza mientras veía "Fotografío para recordar" desde una esquina tranquila de la galería en Arles. Tengo mi cámara aquí conmigo, pero no he tomado fotos, aún no. Quizá espere a que la piel se seque.

Con afectuoso recuerdo,.........

Shahidul Alam.

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Subject: Mi padre
Sent: 02/20 11:30 AM
Received: 02/20 12:35 PM
From: Shahidul Alam, shahidul@drik.net
To: Pedro Meyer, pedrom@directnet.com


Querido Pedro,

El texto es un poquito formal. Me tomará algo de tiempo escribirle a la gente individualmente. Espero que entiendas.



FALLECE RENOMBRADO CIENTIFÍCO BENGALÍ


El profesor Kazi Abul Monsur, un microbiólogo de fama internacional, falleció el 20 de febrero de 1996 en el Hospital Suhrawardy de un ataque al corazón. Un científico brillante, el profesor Monsur recibió una medalla de oro del Colegio de Medicina de Calcuta, y más tarde recibió el premio "Pride of Performance" del presidente de Pakistán. Desarrolló los medios de cultivo para el cólera más famosos del mundo, conocidos como el "Monsur's Media".


Fue fundador de la Escuela de Medicina Tropical, y también el iniciador de la primera planta de fluidos IV en Bangladesh. Su trabajo le trajo reconocimiento internacional y fungió como director del Instituto de Salud Pública. El profesor Monsur comenzó su carrera docente en el Colegio de Medicina de Dhaka donde era profesor de Bacteriología y Patología, seguido de muchos años de trabajo internacional. Se retiró de su trabajo en el gobierno como Director de Servicios de Salud. El dr. Monsur ha dejado atrás a su esposa, la dra. Anwara Monsur, fundadora y directora de Agrani Balika Bidyalaya, a su hija la dra. Najma Karim, a su hijo el dr. Shahidul Alam, a sus nietos, y a los muchos que lo estimaban. El dr. Monsur era uno de los directores de la Bilblioteca de Fotos Drik Ltd.

 

 





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