El sexo en crisis no puede afirmar nada; tan sólo puede negar, para bien o para mal. Yo no había ido a México en busca de este tipo de anonimato existencial, pero esto acabó siendo lo que me legó la crisis. |
La
crisis de México se volvió la mía. Vagamente me
daba cuenta de que estaba pasando por una prueba de fuego por la que
generaciones de hombres mexicanos habían pasado (la experiencia
femenina del sexo en crisis es, por supuesto, del todo distinta), incluyendo
a mi padre, quien aunque jamás ha oreado sus secretos
sexuales conmigo, yo intuyo experimentó algo similar cuando vivió
en la ciudad de México durante su adolescencia en los años
cincuenta. |
Pero
el sexo en crisis es algo aún más sombrío, y triste,
y más aterrador, que el sexo que habían experimentado
los mexicanos durante mucho tiempo detrás de sus máscaras.
Porque lo que está sucediendo hoy en día en México
es precisamente la quema de todas las máscaras. México
está saliendo a la luz. |