09.
El tequio para cosechar frijol
Cuando
comencé a trabajar en San Lorenzo, presencié un
tequio de cosecha de frijol, junto con Chalino un compañero
de mi laboratorio decidimos ponernos a trabajar al igual que los
comuneros en la cosecha, yo nunca había cosechado nada
en mi vida.
Era la única mujer en los campos de cultivo y los señores
murmuraban en cuicateco. Como apenas comenzaba a trabajar en San
Lorenzo, no sabía si estaba mal lo que hacía, si
se vería mal a una mujer trabajando. Pero lo que sucedió
fue lo contrario, un campesino me dijo que la gente estaba contenta
de que compartiéramos sus costumbres, que nunca nadie,
ni los sacerdotes, ni los maestros que llegaban a la comunidad,
habían hecho eso. A partir de ese día la gente fue
mucho más amable conmigo.