- 2 -

Durante muchos años y en particular en estos últimos meses La Gran Pregunta sobrevuela nuestras cabezas: ¿Está muerto el fotoperiodismo o en vías de extinción? Las razones son conocidas: las revistas se dedican a lo fátuo y lo supérfluo y los ricos y famosos. Por lo tanto hay cada vez menos espacio para historias que consideramos importantes, menos encargos para ir a lugares lejanos, poco interés por nuestra fotografía "comprometida". Esta es la línea de pensamiento preponderante entre muchos fotógrafos en la actualidad y quisiera sumar mi punto de vista sobre el tema.

Nos referimos frecuentemente a la Epoca de Oro del fotoperiodismo y soñamos despiertos con nombres como Life y Look y Eugene Smith y Robert Capa, pensando que aquellos eran tiempos ideales en el que todos se preocupaban y todo era maravilloso. Eran ciertamente tiempos diferentes pero seguramente no mejores que lo que tenemos hoy en día - después de todo son legendarias las batallas de Smith con Life por el espacio y el contenido. Pero además: ¿Cuántos fotoperiodistas trabajaban entonces y cuántos ahora? ¿Cuántas revistas y diarios existían en ese entonces y cuántos ahora? ¿Por qué nos referimos siempre a los mismos nombres y a los mismos trabajos?

Deberíamos mirar con más detenimiento la diversidad y riqueza del material que se produce en estos tiempos. Pienso que, con el debido respeto a nuestros mayores, Nachtwey o Suau o Peress o Meiselas o Salgado o Richards o Ferrato son perfectamente comparables a aquellos nombres. Las imágenes producidas hoy son más interesantes, personales, innovadoras, menos ingenuas, incluso más comprometidas. Las fotografías de hace 40 ó 50 años que han sido publicadas innumerables veces, están grabadas de manera indeleble en nuestras memorias, nos parecen normales, son parte de nuestras vidas. Entiéndase: las amo y admiro a los fotógrafos que las tomaron. Pero es cierto también que el tiempo juega un papel tal como lo hace con el vino. El fotoperiodismo de ayer adquiere un sabor documental a medida que el tiempo pasa, una cierta nobleza, aroma, cuerpo.

Entonces, si el trabajo que se produce hoy es de altísima calidad y hay miles de diarios y revistas en todo el mundo, qué tipo de problemas enfrentamos? ¿Por qué, aparentemente, el trabajo más "interesante" es ignorado? Creo que hay dos razones fundamentales que quisiera explorar.

Pero primero otra historia literaria. Cuando cursaba estudios en la Universidad de Buenos AIres era muy activo políticamente. Era el tiempo de cambiar el mundo - fines de los sesenta y los setenta - de ver la realidad en blanco y negro (todavía lo sigo haciendo pero solo en fotografías). parecía no haber tiempo para otra cosa que en la lucha por una sociedad más justa. El grupo político en el que estaba enrolado combatía cualquier distracción de las grandes tareas a las que estábamos abocados. Todo otro interés era considerado una desviación burguesa. Pero, por supuesto, la condición humana es más complicada que esto. Porque al mismo tiempo era sensible a otras cosas además de la militancia y la política. Me enamoré, por supuesto, y amaba leer y escuchar música y fotografiar y no cesaba de asombrarme ante las maravillas de la naturaleza y el espacio y el tiempo y todas las preguntas sobre nuestros orígenes y el futuro y todo el resto.

1,

2,

3,

4