Compartía esos sentimientos con una novia
que tenía en esos días y
luchábamos contra la idea que
debíamos reprimirlos ante otras tareas
aparentemente más importantes. Un día
encontramos un poema del autor aleman Bertold
Brecht que expresaba con hermosas palabras lo que
sentíamos. Brecht decía más o
menos así: "Que terribles tiempos estos, en
que hasta hablar de árboles parece un crimen
por temor a callar tantas alevosías". Brecht
había escrito estas líneas en los
años treinta, durante el ascenso del
nazismo. Treinta años más tarde nos
sentíamos representados en aquellas
palabras: los tiempos continuaban siendo terribles.
Y las podríamos aplicar también hoy
con Chechenya, Bosnia, Rwanda,etc,etc.
Si, estos son tiempos terribles. Pero, acaso son
peores que durante Vietnam, Hiroshima, el
Holocausto, las trincheras de Verdún, el
Colonialismo, la Conquista Española, la
Inquisición, la Peste, las Cruzadas y
así siguiendo mientras retrocedemos en el
tiempo? Aún en tiempos terribles se abren
las flores, los niños se despiertan por la
noche, alguien canta, ellos estan sin trabajo, ella
lo ama, un perro ladra, el es drogadicto, el Hombre
vuela en el espacio y si, también hay gente
que muere de hambre porque no queda lo que
comer.
La vida es más complicada que algunas
guerras y creo sinceramente que muchos de nosotros
nos hemos olvidado de hablar de los árboles.
Encuentro el autodesignado rol de redentores que
algunos fotógrafos han asumido como algo
ciertamente extraño. Parecen decir
"¿Cómo se atreven ustedes a ignorar
este o aquel tema?". En realidad la gente se
preocupa por innumerables cosas que afectan sus
vidas. Pero es parte de la naturaleza humana tener
una escala de prioridades y valores. Todos sentimos
esto, está escrito en nuestros genes.
Cualquiera se preocupa más por su hijo
enfermo que por los acontecimientos de Bosnia que
suceden al mismo tiempo. Y está bien. Y no
deberíamos avergonzarnos, porque la madre en
Rwanda llora por su niño muerto y no por el
drogadicto del Bronx.
Y lo mismo sucede en la tribu. La tribu quiere
saber antes que nada sobre sus vecinos, aquellos
que puede cruzar en los senderos de la selva.
Quieren saber que pasó con el hijo que se
casó con una joven de otra tribu. Necesitan
información sobre nuevos terrenos de caza
que otros pueden haber encontrado, de una nueva
cura para la mordedura de una serpiente, qué
pudo significar el eclipse de luna del mes pasado,
quién reemplazó al hechicero
muerto.
Es asombroso, pero los fotoperiodistas parecen
tener prioridades diferentes. Aterrizan en
conflictos extranjeros como antropólogos en
Marte, practicando una especie de colonialismo
fotográfico. Recogen imágenes
impactantes aquí y allá y se quejan
luego porque nadie parece preocuparse. Quiero ser
perfectamente claro: admiro algunos de esos
trabajos. Creo que es necesario hacerlo porque son
historias importantes y la tribu necesita
conocerlas. Pero no concluiré que el
fotoperiodismo se está muriendo porque no
alcanza el espacio para publicar esas
fotografías.
Fotógrafos jóvenes y no tan
jóvenes de todas partes eligen temas
recurrentes: los niños de la calle, asilos
psiquiátricos, la prostitución, las
prisiones. ¿Esta elección, refleja un
compromiso social sincero? Verdaderamente no lo
creo, aún cuando ellos estén
convencidos. Lo que si creo es que es mucho
más dificil fotografiar bien gente
enamorada, la vida de alguna personalidad, el pulso
del suburbio, el crecimiento de la burocracia, los
nuevos códigos de los jóvenes o
cualquier otro tema que refleje el teatro de la
vida. Hay quienes parecen decir "denme un pobre y
les daré una fotografía cuando
quieran". Es manipulación pura de sujetos
indefensos. Refleja falta de imaginación, la
elección de la manera más
fácil para escandalizar al lector.
También siguen por todas partes a
fotógrafos reconocidos, se matan por hacerse
un nombre en lugar de mirar en sus propias junglas
donde hay innumerables historias por contar que son
importantes para sus gentes. En otras palabras,
quiero sugerir que un fotógrafo
francés debería preocuparse por el
racismo existente en Marsella contra los
inmigrantes Nordafricanos en lugar de soñar
con Kabul y los Talibanes.
|