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Quiero decir que las raíces de un fotoperiodismo creativo, serio, comprometido, interesante y, porque no, hermoso, se encuentra en nuestros patios traseros, en nuestras comunidades. En la complejidad enormemente rica que creamos en nuestras sociedades organizadas y en la necesidad de saber de los miembros de nuestras tribus.

Está, por supuesto, el problema de encontrar una salida para este trabajo. No estoy tratando de pintar un panorama rosado. Es cierto que existe una tendencia manifiesta en la mayor parte de las revistas más importantes en ocuparse de modelos y princesas, artistas de cine y sujetos tan "fascinantes" como estos. Podrá no gustarnos, pero es un hecho objetivo porque no solo refleja la tradicional "fábrica de sueños para hipnotizar a las masas" (si, lo digo con sarcasmo). Es también la consecuencia de los enormes cambios de las sociedades industrializadas en este fin de siglo en el que las nuevas industrias de entretenimientos e información están reemplazando los tradicionales modos de producción.

Debemos, no obstante, trabajar con esas revistas y luchar por esos espacios necesarios para nuestras historias si, y este es un gran SI, nuestras historias son relevantes, como traté de explicar previamente. Al mismo tiempo creo firmemente que hemos subestimado históricamente el papel de los diarios. Estamos todos de acuerdo que las revistas, hoy en día, se decían a tema que podríamos definir como ligeros. Los diarios, sin embargo, por definición, cubren una variada gama temática que es más afin con lo que consideramos más importante. Cada día, en todas partes, los diarios hablan de política local e internacional, temas económicos y sociales, cultura, espectáculos, deportes, etc. Tienen todo tipo de secciones y revistas de Domingo, tiene lugar y usan mucha fotografía, aunque no siempre bien.

Cuando digo que hemos subestimado a los diarios, me refiero a los fotógrafos free-lance y las agencias fotográficas. Hay como un sentimiento que publicar en los diarios significa rebajarse, una falta total de interés en trabajar con ese medio. Si, los precios pueden ser menores, pero el mercado es inmenso. Este es un sitio en el que el blanco y negro es todavía dominante y en el que el color está ganando espacio al tiempo que la reproducción ha mejorado enormemente.

La falta de diálogo entre fotógrafos y diarios ha creado una brecha que no será fácil cerrar. Hay una cierta desconfianza y falta de conocimiento entre las partes. Creo también, y esto hay que decirlo, que muchos diarios usan las fotografías para ocupar agujeros que deja el texto y que hay una falta total de imaginación por parte de los editores fotográficos en lo que hace al uso de la fotografía en sus periódicos. Por lo tanto deberíamos trabajar con ellos, alentándolos a utilizar mejor nuestras imágenes.
Es tiempo de ser creativos y arriesgados. Hay espacios por conquistar e innumerables historias que merecen ser contadas. Somo los Habladores y nuestros indios nos necesitan.

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