Una manera de explicarnos
muchos de los fenómenos que suceden a nuestro alrededor
es enfrentarlos.
Algunos opinan que es un método dialéctico, otros
creen que es un método maniqueísta, moral, algunos
más filosófico, espiritual, ying-yang, y otros
que para qué discutir tanto, cuando lo podemos arreglar
a madrazos.
Inspirado en la forma tan didáctica
como Michael Moore nos explica la historia de los Estados Unidos
en forma de dibujos animados en su documental Bowling for Columbine,
me permito presentar la siguiente animación:
Quick Time Video | 11.4 Mb |
2' 33''
(click
en la imagen para ver el video)
En conclusión creo que sí hay ganador, ganamos
los fotógrafos y ganó el público en
esta desigual batalla.
Cuando hablamos de fotografía digital, ¿de
qué estamos hablando?:
¿de la fotografía que captura la luz a través de píxeles?
¿de los negativos que se digitalizan para retocarlos en la computadora?
¿de la fotografía impresa en papel que se escanea para almacenarla
o transmitirla?, ¿de la fotografía llamada tradicional que utiliza
las nuevas tecnologías para imprimirse?, ¿de la fotografía
de origen digital a la que se le da salida en película?, ¿de la
fotografía que capturan teléfonos celulares y recibimos en nuestro
mail?, ¿de la fotografía de origen digital que se imprime en soportes
tradicionales como periódicos y revistas? ¿de la imagen que digitalmente
se construye a partir de diferentes fuentes?, ¿de todas? ¿de ninguna?.
Por el momento llamamos fotografía digital a éstas
y muchas más opciones que ahora tenemos a nuestro
alcance, quizá hacen falta definiciones o términos
más precisos, pero por lo pronto lo que es importante
reflexionar, es si los nuevos dispositivos tecnológicos
que relacionan la realidad como materia prima inherente a
la fotografía y la producción simbólica
y de sentido de nuestro trabajo, dan como resultado una nueva
forma artística, o si en realidad sólo estamos
cambiando de máquinas.
El corte histórico que nos plantea este encuentro
es a la vez limitado y gigantesco, en esta década
podemos medir de manera precisa los avances y logros en el
uso cotidiano de estos medios, pero resulta difícil,
por lo menos para mi, entender cabalmente los efectos en
el lenguaje fotográfico, en el gremio y los medios,
en la perspectiva autoral y laboral, pero sobre todo, la
forma como esto está cambiando nuestra manera de leer
y descifrar las imágenes. La convergencia de la posproducción
digital y las telecomunicaciones, en particular la internet,
nos presenta una enorme posibilidad de distribución
de la información y del arte. No se trata de hacer
una apología de lo técnico por sí mismo
ni de defender que en ellos se encuentra alguna solución
definitiva a todos los problemas del arte, de la comunicación
ni de nuestro mundo contemporáneo.
El tema es formidablemente amplio, lleno
de expectativas pero también de dudas, foros como
este deberán irnos aclarando hacia dónde vamos,
es importante no sólo subirnos a la cresta de la ola
tecnológica y dejarnos llevar con la consiguiente
ansiedad que esto puede producir, sino que debemos estar
atentos a las novedades y desarrollo tecnológicos,
pero ahora más que nunca, o igual que siempre, debemos
prestar especial atención al contenido, a los conceptos,
al uso y a la lectura de nuestro trabajo.
Por si esto fuera poco, dispongo de 20 minutos, no a partir
de ahora sino desde que los saludé, por lo que me
referiré a tres casos específicos de este universo:
El concepto de segundo obturador, los procesos híbridos
como una situación de asentamiento de los medios y
por último, el Media Art y los libros electrónicos
como nuevas posibilidades para viejas necesidades.