Es un país por demás católico donde tener relaciones sexuales antes o fuera del matrimonio es oficialmente considerado un pecado mortal y un país donde tener relaciones sexuales antes y fuera del matrimonio es una práctica extendidísima. |
Un país extremadamente macho de hombres toscos, ruidosos y pendencieros cuya razón de ser es conquistar a señoritas virginales aunque estos mismos hombres no sólo tienen una rica vida de fantasías homoeróticas, sino que la satisfacen, en términos físicos, a un grado sorprendente. Y un país donde las virginales señoritas hacen un esfuerzo igual de grande que los machos por convencerlo a uno de su autenticidad, sean o no realmente vírgenes. |
Un país cuyos valores familiares rebasan incluso los de Pat Robertson, con mami, papi, abuelo y abuela ajustándose exactamente al molde de figuras míticas, ma y abuelita, especialmente, en pedestales santos y un país donde la mayoría de las familias existen tan sólo nominalmente, con una proporción de infidelidad (actos sexuales consensuales y no) que conduce al nacimiento de millones de hijos ilegítimos. A
México le encanta coger a su modo católico. Sufre tanto
este coger (¡pecado mortal!), que su dolor se convierte en un
deleite invertido. Tomamos la fruta prohibida, nos venimos, nos damos
cuenta del pecado, nos confesamos, nos absuelven, la tomamos de nuevo. |