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No me importa esperar tener suerte si es que puedo hacer algo mientras ésta llega. Est es, la suerte ya no es la única opción para lograr una imagen impactante. Hasta cierto punto es tomar el control del estudio y llevarlo a la calle, lo que nos permite hacer que contenido y geometría puedan realizar toda clase de citas.

Los cambios no tienen que ser sustanciales, como ocurre en esta foto tomada en Río de Janeiro (abajo). La principal alteración que hice consistió en desenfocar el fondo, que en un lente gran angular, hubiera salido muy nítido.

 

© Pedro Meyer

Mi estrategia fue concentrar al mirada del espectador en la cabeza calva de la mujer, eliminando elementos que distrajeran la atención hacia el personaje principal.

¿Por qué habrá de considerarse a esta foto menos documental que una hecha con anterioridad a las imágenes digitales y las computadoras? No creo que los críticos de tales imágenes hayan podido probar que los procesos de las tecnologías digitales hayan hecho otra cosa mas que mejorar la naturaleza de la fotografía.

Esta foto fue tomada en Londres de la manera más tradicional en que se produce una imagen, con una cámara Leica, un lente muy luminoso, película en blanco y negro y después se escaneó.

© Pedro Meyer

¿Pero qué es lo que vemos? ¿A una mujer suicidándose? ¿Una mujer a la que se le dejó morir en la tina? No lo sabemos.

Lo único que podemos observar es que casi se está ahogando y que trata de tomar su último aliento.

¿Cuál es  entonces la realidad de lo que vemos aquí?. Mis observaciones vienen de lo que puedo ver en la imagen, pero hay un elemento que confundirá al mejor observador, el no saber dónde se tomó la foto.

Resulta que la foto fue tomada en un museo de cera. La dama en la tina es una figura de cera y esta es una representación de un crimen famoso en Londres. Sin embargo, nada de esta foto documental indica que es un mero substituto. Lo que creemos es lo que vemos, y no tiene que ver con la realidad detrás de la imagen.

El hecho que podamos redefinir el contenido de acuerdo a nuestras expectativas de la fotografía es lo que permite cuestionar si es que la fotografía documental puede ser considerada como una evidencia verdadera.

La fotografía digital no ha cambiado la naturaleza del trabajo documental de manera negativa, como algunos han pretendido. Por el contrario, ha otorgado un soplo de vida al género. Siempre ha habido imágenes documentales con contenido engañoso, no hay nada nuevo en la naturaleza de la fotografía digital que no tenga un precedente en la época de las sales de plata o incluso la anterior.

Debemos sentirnos contentos por la mayor conciencia que hay en el público acerca de la potencial manipulación de la imagen fotográfica (digital o analógica). El hecho de que la fotografía ya no sea creíble de una manera ingenua debe ser motivo de celebración, no de preocupación.

El que la fotografía haya perdido esta aura de ser  una fuente totalmente confiable de información, algo que no es y que nunca fue, esto nos lleva aun territorio mucho más seguro. Aquellos en una posición de poder deben enfrentarse aun público mucho más sofisticado, las formas más dañinas de explotación no pueden dar por sentado que serán confiables por que nos presentan una fotografía como prueba de algo.

La última vez que recuerdo a alguien que trató de manipular la opinión mundial con fotografías fue al general Colin Powell en las Naciones Unidas, cuando presentó unas imágenes como prueba de la existencia de armas de destrucción masiva en Irak, acción por la que se disculpó al año siguiente.

Cuando se hizo esta presentación en la ONU, escribí en ZoneZero que tales “evidencias” no eran confiables por ser simplemente unas fotos y como tales, sujetas a interpretaciones manipuladas, lo que fue demostrado con el tiempo.

http://zonezero.com/editorial/febrero03/febrero.html

Hace más de treinta años sucedió lo mismo con respecto a los supuestos ataques de Vietnam del Norte a buques norteamericanos en el golfo de Tonkín, que desencadenaron la guerra de Vietnam.
Toda la información proporcionada por el presidente estadounidense Lyndon Johnson era fabricada, y fue repetida y amplificada por la prensa. Unas borrosas fotografías, eran parte de las pruebas que llevaron a la gente a confiar en esa información.
Pienso que vamos a querer a las fotgrafías digitales por hacernos crecer y madurar en el entendimiento de la naturaleza misma de la fotografía documental.

 

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