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Apenas había terminado mis comentarios para esta presentación cuando repentinamente se suscitó una gran controversia sobre la manipulación de fotografías, esta vez por el fotógrafo libanés Adnan Hajj. En un artículo del New York Times del 9 de agosto del 2006, leemos:
“El Sr. Hajj, un fotógrafo libanés que trabaja en el Medio Oriente no resultará conocido para muchos lectores de periódicos, pero gracias a la expedita justicia del Internet, has sido ya acusado, juzgado y sentenciado de alterar de manera inapropiada unas fotografías que tomó para la agencia noticiosa Reuters el pasado sábado. Al circular por la red ese mismo día, fueron descubiertas casi instantáneamente por los bloggers. El domingo Reuters anunció el despido del fotógrafo. Ejecutivos declararon ayer que seguían investigando el porqué no descubrieron la manipulación antes de distribuir las imágenes a los periódicos. El asunto ha causado revuelo en el Internet, porque muchos bloggers ven un prejuicio contra Israel en las imágenes de Hajj, ya que las fotos mostraban un daño peor que el que mostraban las imágenes originales. Una duplicaba e intensificaba columnas de humo de las ardientes ruinas, y en la otra cambió la imagen en la que se ven salir tres disparos de un avión israelí en vez de uno. Sin embargo estas actividades han aumentado la ansiedad que se da entre los editores de foto en la era de la foto digital, en donde la manipulación de fotos puede realizarse fácilmente en cualquier computadora. Estos avances, fácilmente disponibles tanto para fotógrafos profesionales como aficionados mediante programas como Photoshop y similares, han hecho que el público sea más escéptico ante lo que ven en los periódicos. “Estas dudas ente los medios sedán por que se entiende qué es la fotografía digital”, declaró Torry Bruno, editor de fotografía de The Chicago Tribune. “Cualquiera que juegue un poco con el programa sabe lo que puede hacerse con él.” Como precaución, todas las fotos que el Tribune considere para su primera plana están impresas en copias de 8 por 10 y se exponen en su sala de juntas para que los editores las revisen durante el día. “Pienso que los editores deben ser cuidadosos al observarlas”, dijo el Sr. Bruno, “A veces se escapan cosas al primer vistazo”. Aunque la tecnología facilita la manipulación, los bloggers se encargan de facilitar su detección. La imagen del señor Hajj se distribuyó en los medios el sábado, y el primer indicio de que había un problema se vio en un comentario hecho a Charles Johnson, quien dirige un sitio llamado Little Green Footballs. En el 2004, el Sr. Jonson fue de los primeros en cuestionar la autenticidad de los documentos que sugerían que el presidente Bush había recibido un trato preferencial durante su servicio en la Guardia Nacional. No es claro cuando se vieron las fotos por primera vez, pero se encontraban en el Internet. El Sr. Jonson, quien es un diseñador gráfico, dijo que se dio cuenta que eran faltas desde el primer vistazo. Puso la noticia en su sitio Web el sábado a las 3:14 PM hora de California (Radica en Los Ángeles), cuando en Beirut era ya domingo por la mañana. LA noticia fue vista por un fotógrafo de Reuters en Canadá, quien rápidamente se lo comunicó a los editores en turno, y comenzó la investigación. Paul Holmes, un veterano editor de Reuters quien es el responsable de las cuestiones de ética y calidad de la agencia, dijo que el asunto fue desahogado dentro de las siguientes 18 horas. “Para cuando revisé mi correo a las 10 de la mañana del domingo, ya habíamos retirado al foto y suspendido al fotógrafo”, dijo. La agencia desde entonces ha dejado de utilizar las fotos del Sr. Hajj y ha sacado 920 de sus fotos de los archivos para revisar si están alteradas. EL Sr. Hajj dijo a Reuters que solo trató de remover una mota de polvo y de arreglar la iluminación de las imágenes. Pero varios bloggers sostienen que el Sr. Hajj fue motivado por razones políticas en este caso en contra de Israel. El Sr. Holmes declaró que Reuters trátó de comunicarse con el Sr. Hajj, peroque él no había respondido a sus mensajes. Jonathan Klein director de Getty Images, dijo que la única manera de evitar estos problemas era “contratar gente íntegra y si llegan a existir infracciones, deben tomarse acciones que sean notorias.”· Por supuesto que estoy de acuerdo con Jonathan Klein respecto solo contratar gente íntegra. Hay que tener en consideración que hay personas que pueden ser unos pillos y unos defraudadores en cualquier actividad, así que ¿Por qué habría de sorprendernos que ocurra lo mismo dentro del campo del fotoperiodismo? Lo que debe darnos algo de confort es que el antídoto a tales problemas es la misma tecnología. Solo piensen en al rapidez con que estas imágenes fraudulentas fueron puestas al descubierto en todo el mundo. Sin embargo, a continuación tenemos que exponer a todos esos dobles estándares e hipocresía que se encuentran en el modo en que se realizan imágenes y que no se hacen por computadora. Hay fotógrafos que hacen que la gente sostenga a sus bebés muertos frente a las cámara, lo que de un modo u otro es un acto flagrante de propaganda. O cuando los editores escogen las fotos que vayan con los textos de lo que quieren que sea el mensaje principal. Las agencias noticiosas siempre han recurrido a tales métodos. Si se quiere que algún presidente o líder se vean en apuros entonces se busca la imagen que transmita eso, sin importar que la imagen no tenga nada que ver con la historia que se reporta o siquiera sea sobre la misma persona. Ese tipo de acciones nunca son denunciadas de la manera en la que se desacreditó esta foto alterada del Líbano. A mi manera de ver, todas las formas de manipulación, ya sea que se altere el contenido de la imagen o el pié de foto que describe lo que está ocurriendo, o el colocar imágenes que vayan con los textos por una cuestión de estilo aunque no sean una representación de lo que se estaba reportando, llevan a lo mismo. Alguien usa el poder de la imagen fotográfica de manera inadecuada. Pero, paralelamente a todos los cambios que se están dando, el hecho es que la manipulación está bajo escrutinio como nunca antes y eso debe ser motivo de aplauso.
Pedro Meyer |