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¿Quién ganó en la década pasada, lo analógico o lo digital?

La manera en que se plantea esta pregunta sugiere que quizá hay una especie de batalla entre dos fuerzas antagónicas como si fuera un partido de hockey . Esta es la clase de pregunta que la gente se hace a la mañana siguiente de un partido para tener una conversación ligera y diluir la incomodidad de una cercanía a excesiva en el elevador de la oficina,. Por ser un tema trivial es más seguro que conversar sobre política o sexo. Pero para artistas y fotógrafos no tiene nada de trivial.

Lake Erie
Lago Erie en Invierno

Además, el juego no ha terminado. Los jugadores siguen en el campo y los espectadores en las tribunas, los tahúres apuestan , los promotores y publicistas alientan a sus equipos y los cronistas comentan sin cesar. Pero todos jugamos en este partido, todos usamos película o cámara digital, o como yo, ambas. También somos espectadores que observan fascinados (u horrorizados) los nuevos desarrollos tecnológicos digitales. Hago un paréntesis para relatarles cómo el otro día me sorprendió percatarme que mi hambre de información me había hecho leer la clase de revistas de fotografía que no leía desde que era un fotógrafo amateur de 15 años de edad. Los tahúres y promotores ganan o pierden mucho dinero y los cronistas ganan sin importar el resultado. Hace muchos años un partido perdido por mi equipo favorito de fútbol hubiera sido algo desastroso. Ahora si la selección canadiense de hockey pierde un juego no me importa demasiado, de hecho, pierden demasiado a menudo.Tengo la absoluta certeza de que sobrevivirán para las siguientes temporadas, ya que ganar o perder no parece lo importante sino vender boletos y derechos de transmisión por televisión. He estado observando este juego entre lo analógico y lo digital con similar escepticismo.

El que la fotografía parezca ir cambiando de lo analógico (captura en película) a lo digital (captura en silicio) no garantiza que tengamos algo mejor, lo que tenemos es algo distinto. Ciertamente la revolución digital ha salvado a la aletargada industria y comercio fotográficos, con su desesperado intento de mejorar tecnologías que ya no podían ser mejoradas. Que dosis de vitaminas recibieron! Alegremente se crean sistemas completamente nuevos para cámaras, óptica digital, accesorios, etc., en respuesta a las características de los chips de captura digital, a la desaparición de las viejas líneas divisorias entre los tamaños de películas y los formatos y también en respuesta al monstruoso mercado de artilugios electrónicos. La creatividad y energía dedicadas a la producción de mejores y más baratas cámaras digitales es increíble. Solo necesitamos pensar en los miles de millones de confiables cámaras tradicionales guardadas en los cajones esperando pacientemente a ser sacadas en cumpleaños, fiestas, vacaciones y ocasiones especiales, que ahora deben ser reemplazadas con las flamantes y tecnológicamente sofisticadas cámaras digitales. No hay como la venta de nuevas cámaras para dar nueva vida a la agotada industria fotográfica. Hablando de nueva vida, ¿Qué hay de todos esos fabricantes no-fotográficos de computadoras, software, discos duros, impresoras y chips que ahora marchan victoriosos (después de perder algunos miembros del equipo) en la cancha?

Hay algunos en la arena de la fotografía que quisieran considerar lo sucedido en los últimos diez años como una gradual pero indudable victoria de lo digital sobre lo analógico, y probablemente piensen que estoy preparando mis patines de hockey para unirme a la defensa de los productores y vendedores de películas y químicos. Sin embargo, he tan sido escéptico de sus argumentos como de los de sus contrapartes de la industria digital. La introducción de una nueva película o clase de películas usualmente viene acompañada de una campaña publicitaria que nos hace creer que las películas que hemos usado hasta ahora son muy inadecuadas y que debemos llenar nuestros refrigeradores con las nuevas películas. La carrera para agregar nuevas y cuestionables características a las cámaras tradicionales de todos los niveles ha sido un divertido espectáculo para alguien como yo, quien usa una vieja cámara hecha de madera y bronce y un exposímetro de mano. Para hacer peores las cosas, de vez en cuando los fabricantes de película y papel descontinúan productos perfectamente útiles sustituyéndolos por productos nuevos y mejorados que no funcionan tan bien (como ejemplo, Kodak descontinúo la película Kodacolor 400 de gran calidad con Vericolor 400, que es terrible). Cualquiera que haya tratado de convencerme que su nuevo producto es mejor que el ya existente sería mejor que acudiera con un psicólogo, y dicho sea de paso, tengo parientes psicólogos en México que gustosamente les pueden dar su número telefónico. Creo que lo que quiero decir es que no se puede confiar en los fabricantes ni en los vendedores para saber quien ganó el partido, ya que en sus mentes, ellos ya han ganado el juego. Así que preguntemos a otros jugadores dentro de la cancha fotográfica.

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