Hemos visto a Mel Edelman
explorar el universo fotográfico de su instalación
Things Undone (Cosas Deshechas). En esta obra Edelman ha
construído tres edificios a escala humana con puertas, ventanas,
luz eléctrica y habitantes ficticios. Al entrar en cada espacio,
los visitantes descubren las pertenencias, colecciones, cartas,
diarios y fotografías de un elenco de personajes relacionados
entre sí. Edelman parte de la “veracidad” del
documento visual, el eje de la fotografía, para darles autenticidad
a las historias y vidas de los personajes. La pátina amarillenta
de la pintura y las desgastadas esquinas de las hojas de los diarios,
así como las detalladas conexiones entre los distintos espacios,
dan a las casas y a sus habitantes un sentido de historia y edad
en franco contraste con las blancas paredes de la galería.
Mientras que la fotografía parte de nuestra creeencia de
la existencia real del objeto retratado, lo teatral proviene de
la predisposición humana a la imaginación, a la memoria
y a los sueños. En su instalación, Edelman contrasta
las modalidades del teatro y los hechos reales, explotando la tensión
entre la fotografía como registro verdadero de la realidad
y la fotografía como artificio, incorpórea y ficticia.
Edelman
comenzó su carrera como fotógrafo, no como carpintero
o artista de instalaciones. El espacio pictórico de su instalación
proviene de trabajos tanto en foto documental como metafórica
y tiene su base en las nociones más fundamentales y menos
embellecidas de la exposición y composición fotográficas.
Pero su trabajo también remite la las simulaciones por computadora
y a la realidad virtual. Es hecha posible por el potencial de los
hipermedios para la combinación y amalgama. Como los otros
artistas que les mostraré, Edelman sintetiza en un solo trbajo
los privilegios de muchos medios. Aquí el flujo y la dimensión
de las formas construídas y lo teatral se yuxtaponen a la
imagen plana y quieta; lo representativo se contrasta con lo real;
y lo físico del movimiento en el mundo se yuxtapone a la
meditabunda inactividad del típico espectador de fotografías.
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