La fotografía de Adam Baer constituye la exploración más radical de las posibilidades expresivas de una cámara de visor del siglo XIX realizadas a la fecha. La gran paradoja de la obra de Baer es que ha hallado estrategias para naturalizar a la cámara de visor como el instrumento postmoderno arquetípico, al subvertir su historia descriptiva pre-industrial, pre-digital, pre-Internet, como un medio para hecer observaciones sobre la sociedad burguesa y la teoría visual contemporánea, sin utilizar en realidad a las tecnologías electrónicas digitales que dominan nuestro tiempo.

Si bien en un principio, lo encontrarán difícil de creeer, esto que ven es una imagen hecha de una sola exposición directa, sin montaje y tomada en el mundo real, sin manipulación o impresiones dobles.

Para lograr estas imágenes, Baer construye elaborados escenarios concebidos para ser vistos desde un punto exacto, un punto donde coloca el visor de su cámara , y luego de ajustarlo mediante oscilaciones e inclinaciones, hila el plano del enfoque cerrado oblicuamente hacia el mundo exterior.

Al colocar los intersticios de objetos divergentes fuera del plano enfocado, Baer puede unir elementos discontinuos, unificándolos en una sola imagen de fracturada, caótica e incoherente realidad. La coherencia del mundo de Adam Baer es lograda mediante yuxtaposiciones espaciales unidas por la continuidad fotográfica.

El mundo de Baer esta profundamente ligado al la vieja tradición fotográfica de la puesta en escena y el telón pintado, que en una sola exposición combina efectivamente la autenticidad de la fotografía con la ilusión de la pintura. La obra de Baer rebasa a esta tradición, sus escenarios pintados le permiten reconstruir, catalogar, acumular, ligar su visión simultánea a la perspectiva renacentista y luego al nuevo mundo de los medios y realidad virtual.

El mundo de Baer esta hecho de paisajes tóxicos, vistos a través de puertas y ventanes de interiores urbanos surreales o caóticos. La iconografía de este paisaje es tomada de Hiroshima, Chernobyl y los mares rojos envenenados de Ucrania. Su visión trágica, pero llena de humor, de las cuestiones humanas utilza el mecanismo del visor de la cámara para implicar a la tecnología en el caos y la desesperanza.

Irónicamente, la tecnología decimonónica de Baer nos muestra un mundo de cortes rápidos, veloces disolvencias a través del espacio y el tiempo, yuxtaposiciones, collage, pastiche, marcos removibles, perspectivas imposibles pocesos en tiempo real y manipulación de la imagen. Este es el mundo de Photoshop y After Effects. En resumen este el el paradigma del mundo de MTV. Pero las visiones urbanas de Baer son poderosas y persuasivas precisamente por ser imágenes directas. Aunque sus fotografías puedan tener la apariencia de Photoshop, la negativa de Baer a utiliazarlo es lo que es esencial al significado de su obra. Bear esta comprometido con la corpulencia y la presencia del mundo físico, de la encarnación física.

Photoshop solo simula la interpretación fotográfica y diferencia lo fotorealista de lo fotográfico.

 

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