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18 de junio de 1994

¡Me dieron un diagnóstico! Lupus sistémico. Un médico internista, cuatro neurólogos y diez mil galones de sangre después. Podría haber estado un poquito aliviado de saber que esto no me lo había inventado, pero estoy de camino a la sala de emergencias. Me sacaron líquido de la médula espinal y el neurólogo me dijo que me podrían dar dolores de cabeza. El primer día nada, así que pensé que todo estaba bien. Luego los siguientes dos días sentí como si tuviera una punta de acero atravesada en la frente. No podía estarme de pie porque vomitaba. Mientras yacía en el piso de la sala de espera de emergencias, conté el número de agujeros en cada uno de los mosaicos del techo. Más tarde me acostaron en una cama para darme cafeína intravenosa para mi dolor de cabeza. Trajeron a una muchacha que había estado en un accidente de coche. Le hicieron unas cuantas preguntas y se fueron. Empezó a llorar. Corrí la cortina para consolarla. Sonrió y me preguntó que cómo estaba.

 



"Emergencias "




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