Mujeres de Barro - Marcela Taboada

 

  

En una sociedad machista, esposos e hijos deben estar en condiciones reales de mantener a sus esposas y madres y estar orgullosamente presentes en el hogar: esto sólo puede verificarse cuando hay una fuente de trabajo cerca de su pueblo natal.

Casi todos los hombres en edad productiva han dejado el pueblo y han emigrado a la ciudad de México o cruzado la Frontera Norte en donde tratarán de ganar unos cuantos dólares en la pizca de fruta en Florida o alguna otra parte de los E.U.A. Sus fatigados abuelos, sus hijos inquietos y los recién nacidos se han quedado para ser cuidados y atendidos en casa.

Cuando un padre regresa por pocos meses, puede ver al hijo que nunca conoció.


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