El Río En enero de 1824, el comodoro Juan Bernardo Elbers, fundador de la navegación fluvial, había abanderado el primer buque de vapor que surcó el río de La Magdalena, un trasto primitivo de cuarenta caballos de fuerza que se llamaba Fidelidad. Más
de un siglo después, un 7 de julio a las seis de la tarde, el
doctor Urbino Daza y su esposa acompañaron a Fermina Daza a tomar
el buque que había de llevarla en su primer viaje por el río.
Era
el primero construido en los astilleros locales, que Florentino Ariza
había bautizado en memoria de su antecesor glorioso: Nueva
Fidelidad. Fermina
Daza no pudo creer nunca que aquel nombre tan significativo para ellos
fuera de veras una casualidad histórica, y no una gracia más
del romanticismo crónico de Florentino Ariza. El amor en los tiempos del cólera |