La asamblea electoral Resuelto
a disipar hasta el rescoldo de las inquietudes que Patricio Aragonés
había sembrado en su corazón, decidió que aquellas
torturas fueran las últimas de su régimen, mataron a
los caimanes, desmantelaron las cámaras de suplicio donde era
posible triturar hueso por hueso hasta todos los huesos sin matar,
proclamó la amnistía general, se anticipó al
futuro con la ocurrencia mágica de que la vaina de este país
es que a la gente le sobra demasiado tiempo para pensar, y buscando
la manera de mantenerla ocupada restauró los juegos florales
de marzo y los concursos anuales de reinas de belleza, construyó
el estadio de pelota más grande del Caribe e impartió
a nuestro equipo la consigna de victoria o muerte
El otoño del patriarca |