El hielo Al ser
destapado por el gigante, el cofre dejó escapar un aliento glacial.
Dentro sólo había un enorme bloque transparente, con infinitas
agujas internas en las cuales se despedazaba en estrellas de colores
la claridad del crepúsculo. Desconcertado, sabiendo que los niños
esperaban una explicación inmediata, José Arcadio Buendía
se atrevió a murmurar: Cien años de soledad |