El tiempo Si el
tiempo de adentro tuviera el mismo ritmo del de afuera, ahora estaríamos
a pleno sol, con el ataúd en la mitad de la calle. Afuera sería
más tarde: sería de noche. Sería una pesada noche
de septiembre con luna y mujeres sentadas en los patios, conversando
bajo la claridad verde; y en la calle, nosotros, los tres renegados,
a pleno sol de este septiembre sediento. La hojarasca |