"Un diario en curso."
Dia 7
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En
la tarde di una conferencia en la School of Media del London College
of Printing, por invitación de Anne Williams. En la conferencia,
comenté cómo todas las actividades relacionadas con
la fotografía en las que he participado en mi viaje a Inglaterra
tienen que ver con personas que conocí a través de internet.
Me imagino que esta experiencia se multiplicará indefinidamente en todo el mundo, teniendo como resultado un círculo de amistades más grande del que normalmente tendríamos. Al desplazarnos más allá de nuestras ciudades natales, el círculo se expande y todo viaje al extranjero produce una expansión más grande del círculo inicial, y ahora con internet nuestro horizonte puede ampliarse aún más. Este es un fenómeno que, hasta donde yo sé, no ha sido tocado por ningún investigador. Sería grandioso que salieran estudios sobre cómo nuestro círculo de influencias (tanto hacia fuera, como hacia adentro) ha crecido gracias a internet. Lo irónico es que todos estos contactos que se originaron a través de internet y que han conducido a experiencias muy humanas y personales, se efectuaron por este medio(internet), considerado en algunos círculos como muy impersonal.
Después de la conferencia, fuimos a cenar con unos amigos; a la mayoría los conocía desde antes, pero entre los que nos acompañaban se encontraba Andrew Latson, una de mis nuevas amistades de internet. No hice mucho durante el día, ya que tenía que preparar la conferencia de la tarde y ocuparme de muchos correos electrónicos, además de descansar de unos días muy intensos en Hull, en los que apenas alcancé a dormir seis horas cada noche. Mañana será un día de vacaciones, tenemos planeado hacer muchas cosas interesantes con Julio. En la tarde visitaremos la Galería con Stephen Opike, cuyo trabajo queremos exhibir en ZoneZero próximamente. Uno de los correos que recibí el día de hoy era de Diego Goldberg de Argentina, quien estaba enviando su entrega anual para su estupendo ensayo sobre la flecha del tiempo, proyecto que ha estado realizando desde 1976 (http://zonezero.com/magazine/essays/diegotime/timesp.html). Lo que encontré sorprendente de esta experiencia era que él estaba sentado en Buenos Aires, enviándome el material a Londres (sin su conocimiento), desde donde lo envié a México para que José Luis Bravo lo pudiera montar en nuestro estudio y después subir a nuestro servidor ubicado en California. En el transcurso de unas pocas horas, el trabajo ya estaba disponible para todo el mundo. Además, la maravillosa obra de Diego, que necesita actualizarse una vez por año, tiene su hábitat natural en internet, ya que sólo en este medio un trabajo similar puede ser actualizado constantemente.
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